Una noticia triste que da cuenta de la partida de un gran exponente del universo literario circula desde hace unas horas a escala mundial: Milan Kundera, afamado autor checo que se había nacionalizado francés, ha muerto.
El deceso de este hombre que nació el 1 de abril de 1929 tuvo lugar en París, según han ido reproduciendo múltiples fuentes de información. Aunque su paso por la Tierra fue extenso y fructífero resulta imposible no conmoverse ante el fallecimiento de un intelectual talentoso que consiguió ser leído y admirado por numerosas personas de distintas edades y nacionalidades.
Como es de esperarse cada vez que una personalidad destacada pasa a la vida eterna, en redes sociales no dejan de multiplicarse las publicaciones en honor al creador de “La insoportable levedad del ser”, “La identidad”, “El arte de la novela” y “El libro de los amores ridículos”, entre muchas otras obras.
Paco Robles, por ejemplo, resaltó en Twitter que, pese a no tener ya físicamente a Milan en este plano, la humanidad sí atesora la producción de él con libros que todavía “respiran” y “están vivos”. También David Pérez Vega, Benjamín Prado, Guillermo Martínez, Jacqueline Goldberg y Salvador Gutiérrez Solís, por mencionar a algunos colegas suyos a modo de referencia, dedicaron mensajes a su memoria y citaron frases o ideas que quedarán por siempre en la memoria colectiva.
Aquellos que con esta lamentable novedad como punto de partida deseen recordar quién fue y qué legado dejó Kundera están invitados a recorrer el archivo de Poemas del Alma (donde hay artículos acerca de galardones obtenidos por este poeta, narrador, ensayista y dramaturgo, textos inspirados en novelas de su autoría y datos biográficos) o a leer (o releer) títulos como “La inmortalidad”, “La ignorancia”, “La broma”, “La fiesta de la insignificancia” o “La despedida”.
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