El territorio costarricense es, por estos días, escenario de una situación preocupante que amenaza con destruir valiosos materiales literarios de más de dos siglos de antigüedad ya que su Biblioteca Nacional se ha inundado y la humedad parece ser un problema difícil de resolver.
Según cuenta la agencia EFE, el caos se inició durante la jornada del último viernes, día en el cual una filtración detectada en un baño hizo que el sótano de la entidad quedara desbordado de agua. Pese a esta circunstancia, el Sistema Nacional de Bibliotecas ha asegurado que los documentos acumulados allí no sufrieron ningún tipo de daño.
Lejos de restarle importancia a esta realidad de la cual, hasta el momento, no se han determinado con exactitud las causas (aunque se sospecha que pudo haber sido ocasionada por un descuido de aquellos que se encargan de reconstruir una calle cercana a la biblioteca), varios expertos han advertido de forma pública que, a mediano plazo, todas esas colecciones expuestas a la humedad podrían deteriorarse.
Si bien ningún libro merece ser destruido como consecuencia de la existencia de diversos fenómenos naturales, el hecho de saber que cerca de 25 mil ejemplares estuvieron a punto de desaparecer entre las aguas le aporta mayor dramatismo a la cuestión. Sólo un pequeño desnivel que eleva unos centímetros a la Sala de Colecciones Especiales evitó que miles de libros y periódicos antiguos, cuyo origen data de los siglos XVII, XVIII, XIX y principios del siglo XX, y más de seis mil obras de arte quedaran sepultados para siempre.
Consultada por la prensa, la ministra de Cultura de la Nación, María Elena Carballo, intentó llevar tranquilidad al respecto y confirmó que ya se ha convocado a un grupo de especialistas para determinar las causas del problema y hallar, cuanto antes, una solución definitiva a este inconveniente que, de intensificarse, arruinaría un gran tesoro de interés histórico, literario y cultural.
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https://www.nacion.com/ln_ee/2007/abril/29/aldea1078708.html
Comentarios1
Qué lástima!!! Dolorsa noticia. La alerta de la naturaleza obliga a que las personas prfundicen en su sentido de previsión para evitar desastres como el que nos cuenta el artículo de este autor.
Deseamos sinceramente que el patrimonio histórico cultural documentado de ese país sea rescatado en su totalidad para b eneficio de sus nuevas generaciones y del mundo que se relaciona con el mismo.
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