A mediados del mes pasado había sido operado para quitar líquido acumulado en sus pulmones. “No está en muy buena forma, me está rompiendo el corazón”, comentó su ex mujer. En la madrugada del sábado, el escritor estadounidense Norman Mailer libró su última batalla y falleció en la ciudad de Nueva York a los 84 años de edad.
Egocéntrico, machista y pendenciero, contrajo matrimonio en seis ocasiones y tuvo nueve hijos. Queda como anécdota, además de varios escándalos por exceso de alcohol, la ocasión en que acuchilló a una de sus esposas.
Nacido el 31 de enero de 1923, Mailer fue uno de los padres del llamado “nuevo periodismo” junto a Truman Capote y Tom Wolfe. Justamente Wolfe, con quien se enfrentó en numerosas ocasiones, comentó: “Voy a extrañarlo tremendamente. Tuvimos muchas peleas desde 1964”.
Este escritor, periodista y ensayista se crió en Brooklyn y cursó estudios de ingeniería aeronáutica en la Universidad de Harvard. Su primer libro de ficción apareció en 1948 y se tituló “Los desnudos y los muertos”, donde se basa en su actuación como recluta en la Segunda Guerra Mundial. También fue co-fundador del semanario contracultural “Village Voice”.
Su prolífica carrera incluye novelas como “El negro blanco” (1958), “Un sueño americano” (1964), “Un fuego en la luna” (1971), “El prisionero del sexo” (1971) y “Los tipos duros no bailan” (1984), los guiones de “Más allá de la ley” y “Salvaje 90”, biografías de Marilyn Monroe y Pablo Picasso, y libros de no-ficción como “Los ejércitos de la noche” (1968) y “La canción del verdugo” (1979), ambos galardonados con el Premio Pulitzer. Su última novela fue “El castillo del bosque”, sobre la figura de Adolf Hitler.
Claro que Mailer se hizo popular tanto por sus libros como por sus polémicas. Opositor a las conflictos bélicos (en 1967 fue arrestado por participar en manifestaciones contra la guerra de Vietnam) y amante del boxeo, en 1961 envió una carta abierta a Fidel Castro. Fue candidato a alcalde de Nueva York y apoyó la libertad del asesino Jack Abbott, quien tras su excarcelación cometió un nuevo asesinato.
Tras su deceso en el Hospital Mount Sinai, la literatura estadounidense pierde una de sus plumas más irreverentes y filosas.
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