En marzo de 2009, el esposo de la artista estadounidense Michelle L»Amour la sorprendió desnuda en un sillón leyendo un libro y, a partir de entonces, juntos comenzaron a planear en Chicago un espectáculo artístico que combinara la belleza femenina con el placer de la lectura desde una perspectiva novedosa y transgresora.
Tiempo después de contactar a la joven actriz Nasty Canasta como productora de la obra, se presentó en sociedad «Naked girls reading», una propuesta no apta para espíritus conservadores que busca renovar el interés social por la literatura a partir de una puesta en escena relajada pero fuera de lo común ya que quienes se encargan de leer los materiales son bellas mujeres desprovistas de ropa.
La idea, para sorpresa de muchos, ha sido bien recibida por el público en general (mujeres incluidas, aunque resulte extraño) y, gracias a ello, hoy en día este espectáculo donde se repasan textos de figuras como William Shakespeare, Oscar Wilde y/o Henrik Ibsen se presenta con gran éxito en bares localizados en distintas ciudades estadounidenses así como también en ciertas urbes europeas como Londres y Copenhague.
Desde el punto de vista de L»�Amour, la iniciativa entusiasma a jóvenes y adultos por igual porque brinda la posibilidad de «escuchar bella literatura mientras se observa a mujeres hermosas y se bebe alguna copa». En este escenario, pues, «se logra que la gente se excite por la literatura», tal como recogen desde Vanguardia.
Por lo que se describe en este artículo, no hace falta presenciar una función para advertir que «Naked girls reading» es una propuesta innovadora y original difícil de ignorar. Tal vez, no todos los aficionados a la literatura se sientan cómodos en ese atípico contexto, pero no se puede negar que constituye una excelente forma de generar acercamientos, arte mediante, hacia la literatura.
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