Hace un tiempo, nació en territorio colombiano una interesante y original iniciativa que aprovecha el paisaje urbano e intenta, a través de él, incrementar el número de personas capaces de descubrir lo entretenido y enriquecedor que puede ser el acercarse a un libro. Pronto, esa idea traspasó las fronteras y animó a más gente a implementar la estrategia.
Por estas horas, por ejemplo, es México el país que ha decidido importar ese plan y desarrollarlo, en una primera instancia, en Zacatecas, Oaxaca, Tamapaulipas, Guanajuato, Colima y Chiapas por medio de la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Según han adelantado los impulsores de esta propuesta bautizada como Paralibros que ha demandado una inversión de 37.824 millones de pesos mexicanos, en el corto plazo se intentará distribuir en todo el país un total de 320 estructuras dotadas de 365 libros para que los ciudadanos de todas las edades puedan tener a disposición una obra por cada día del año.
Cada Paralibro posee la apariencia de los denominados parabuses (o, simplemente, parada de colectivos de acuerdo al país), pero en esta estructura fabricada en acero con techos y asientos fijos la publicidad habitual no existe, sino que ese espacio está reservado a las portadas de los libros que resguarda.
Por su parte, indican desde «El Economista», Socorro Venegas, quien ocupa el cargo de directora general en el departamento de Dirección Adjunta de Fomento de la Lectura, aportó detalles de los materiales que un asesor capacitado podrá ofrecer a quienes se acerquen a los exhibidores que, por las noches, serán cerrados para evitar robos.
A juzgar por la información brindada hasta el momento, la iniciativa resulta atractiva y promete entusiasmar a un gran número de personas. Ojalá, entonces, los Paralibros permitan en los próximos meses hacer crecer a la familia de aficionados a la literatura.
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