A diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los mortales, la muerte puede acabar con la vida de los escritores, pero no así con su legado. Los autores trascienden más allá de su existencia a través de sus obras, aunque eso no quita que, al momento de morir, dejen un vacío importante dentro del mundo literario.
Durante estos últimos días, fueron varios los hombres de letras que partieron hacia el más allá. Hoy por la mañana, por ejemplo, Anatoli Pristavkin, el prolífico y premiado autor que, a lo largo de su trayectoria, creó cerca de 26 libros (entre los que se destaca su emblemática obra titulada «Dormía una nube dorada»), perdió la vida a los 76 años en un hospital de Moscú.
Tal como recordará más de un lector, este escritor ruso que había nacido en octubre de 1931 dedicó su vida a defender los derechos de quienes se encuentran privados de su libertad. En este marco, Pristavkin dirigió durante casi diez años la Comisión de Amnistía que había sido creada por el entonces presidente Boris Yeltsin. Tiempo después, con la comisión ya disuelta, el escritor se desempeñó como consejero de Vladimir Putin en materia de amnistía carcelaria.
Por otra parte, no se puede dejar de mencionar también que días atrás, como consecuencia de un paro cardíaco, falleció en Zaragoza el compositor y escritor español Sergio Algora, mientras que durante el último domingo, perdió la vida el poeta paraguayo Pablo Turró Zayas.
Las muertes de Guido Mutis Carrasco, quien se desempeñaba como director del Festival de Cine de Valdivia y había dictado clases de Literatura en diversas instituciones universitarias de Estados Unidos, y la del poeta Andrés Quintanilla Buey (quien presidía la Academia Castellano-Leonesa de Poesía) han sido otras de las flamantes pérdidas que por estos días enlutan al mundo de las letras.
Comentarios1
los poemas son lo mejor de lo mejor ni quien lo dude inspirate y no relaciones con la soledad..............?
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