El próximo viernes 21 comenzará una nueva edición del Salón del Libro de París que, en esta oportunidad, tendrá a Argentina como invitado de honor. Debido a la conformación de la lista de escritores que formarán parte de la delegación, desde hace varios meses el evento genera polémica en suelo argentino.
Muchos han criticado que la mayoría de los autores que viajarán a Francia son afines al Gobierno argentino, que se encargará de pagar los gastos de la delegación. Jorge Asís y Martín Caparrós, dos de los ausentes, fueron algunos de los que hicieron escuchar sus quejas.
A pocos días de la inauguración del evento a cargo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se supo que varios de los escritores invitados finalmente no asistirán. Por motivos de salud, Alberto Manguel no viajará a la capital gala, mientras que José Pablo Feinmann tampoco será de la partida, señala Infobae.
La ausencia que más repercusiones ha generado hasta el momento, sin embargo, es la de Ricardo Piglia, quien lanzó un comunicado a través de Guillermo Schavelzon, su agente. Pese a señalar que su faltazo no está vinculado al “debate argentino actual”, el escritor lamentó que la cultura forme parte del “enfrentamiento político, por no decir electoral”.
Piglia atribuyó su renuncia a acudir al Salón del Libro de París a “cuestiones literarias” y subrayó que discutió su participación con los organizadores “sin llegar a un acuerdo”, recoge Clarín. El autor de “Plata quemada” agregó que, pese a que “ahora viajan los escritores”, quienes “tienen que viajar” en realidad son “los libros”.
Por cuestiones políticas, la presencia argentina en el Salón del Libro de París ocupa un lugar importante en los medios de comunicación. Aunque es bueno que se hable de escritores, sería aún mejor que las letras se ganen un espacio por mérito propio y no por cuestiones ajenas a las obras.
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