Joan Lluís Moreno Congost, Ivan Carbonell i Iglesias y Alberto Miralles Martínez fueron galardonados en la ceremonia de los Premios Altea de Literatura e Investigación en Lengua Valenciana. La gala de este flamante reconocimiento, que acaba de tener su primera edición, se llevó a cabo en el Mirador del Palau Altea.
La distinción contempló tres modalidades: el Premio Francesc Martínez i Martínez de Ensayo e Investigación, el Premio Altea de Literatura Infantil i Juvenil y el Premio Carmelina Sánchez-Cutillas de Novela i Prosa Creativa. En total se entregaron 10.000 euros a los autores consagrados.
Moreno se quedó con el Premio Carmelina Sánchez-Cutillas gracias a “Tast de salobre”. La novela le permitió hacerse con 5.000 euros aportados por la Fundación Caixaltea. Carbonell, por su parte, fue distinguido con el Premio Altea de Literatura Infantil i Juvenil por “L’àmfora fenícia” y recibió 3.000 euros que concedió el ayuntamiento local. El Ayuntamiento de Altea también entregó los 2.000 euros que se llevó Miralles Martínez al ganar el Premio Francesc Martínez i Martínez por “La gestió d’un municipi de la rereguarda republicana en la Guerra Civil”, indica Información.es.
Joan Borja, profesor de la Universidad de Alicante, fue el presentador del evento que contó con más de 250 asistentes. Vicent Marzà, conseller de Educación, Investigación, Cultura y Deportes de la Generalitat Valenciana, pronunció el discurso de apertura y calificó a los Premios Altea como “muy importantes” para revalorizar la cultura de la Comunidad Valenciana.
Jaume Llinares, alcalde de Altea, destacó por su parte que estos galardones fueron creados con la “voluntad” de transformarse en “imprescindibles” en el panorama contemporáneo de las letras valencianas. Cabe resaltar que, en el marco de esta fiesta literaria, también se rindió tributo a Ramón Llorens Barber, un historiador y escritor fallecido en 2004.
Cristina Llorens, la hija del homenajeado, recibió el Premio Estela d’Honor en nombre de toda su familia. La comisión a cargo de la organización recordó que el historiador, al instaurar el Premio Altea de Literatura Infantil que se concedió entre 1981 y 1985, sentó un “claro antecedente” para el desarrollo de las actuales distinciones, señala elperiodic.com.
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