El escritor estadounidense J.D. Salinger disfrutaba su labor como autor pero no se sentía cómodo con la trascendencia que alcanzó su figura a raíz del éxito de sus obras. Por ese motivo, este hombre nacido en Nueva York el 1 de enero de 1919 evitaba la exposición pública y se esforzó durante muchos años por mantener su vida privada fuera del foco de atención.
Pese a su perfil reservado, el creador de «El guardián entre el centeno» no pudo evitar que, tras su muerte, empezaran a conocerse datos sobre sus preferencias y aficiones.
Hasta ahora, muchos conocían al Salinger novelista pero sólo unos pocos privilegiados tenían acceso al mundo privado de este talentoso estadounidense. Sin embargo, desde que se difundió el contenido de alrededor de cincuenta cartas redactadas por él que estaban dirigidas a su amigo Donald Hartog, numerosas cuestiones vinculadas a su figura tomaron estado público.
Esos mensajes desarrollados entre 1986 y 2002 que, en el último tiempo, fueron publicados en Gran Bretaña permiten saber, por ejemplo, que Salinger admiraba al tenista Tim Henman, tenía como restaurante favorito a la cadena de comida rápida Burger King, disfrutaba viajar en ómnibus a sitios como las cataratas del Niágara y al Gran Cañón del Colorado, recordaba con alegría sus cenas en el exclusivo hotel Savoy de Londres y era fiel seguidor de series televisivas como «Upstairs Downstairs».
En una de las misivas, además, el escritor se permite definir a los políticos de su país como «un conjunto de odiosos» y presentar a los presidentes Ronald Reagan y George Bush como «el saliente títere y el entrante títere», tal como reproduce el portal AnsaLatina.com.
Aunque con la difusión de estos materiales no se estén respetando los deseos de J.D. Salinger, no caben dudas de que resulta interesante descubrir aspectos hasta ahora desconocidos de este hombre que, a través de sus textos, logró ganar un lugar de privilegio en la historia de la literatura estadounidense.
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