Cuando un escritor muere, es habitual que llegue el momento de los reconocimientos. Se pretende, de esta forma, que el legado del autor subsista más allá de su desaparición física. El fallecimiento de una figura literaria, sin embargo, también suele dar lugar a otras cuestiones, menos felices. Sobre todo cuando el fallecido tiene la capacidad de seguir generando dinero…
Peleas entre familiares, conflictos con editoriales, juicios millonarios: hay muchos escritores que no logran descansar en paz. El sueco Stieg Larsson es uno de estos autores que, al morir y sin proponérselo, generaron un enfrentamiento por los derechos de sus obras.
Con Larsson, además, se produjo una particularidad: alcanzó la fama después de muerto. El autor de saga Millennium, de este modo, no pudo disfrutar del grueso de las ganancias por su labor literaria.
La viuda del escritor, Eva Gabrielsson, se encuentra enfrentada con el hermano y el padre de Larsson, quienes son sus herederos. La intención de la mujer es conseguir la administración del legado para que la obra del sueco no sufra modificaciones y «no se comercialice hasta el hartazgo», según recoge Télam.
Gabrielsson, quien convivió durante más de tres décadas con el novelista, solía colaborar con Stieg en el proceso de investigación para los libros. Por eso propuso al padre y al hermano de quien fuera su pareja completar el cuarto libro de Millennium, que Larsson escribía cuando fue sorprendido por un ataque al corazón en 2004. La idea, sin embargo, fue rechazada.
El problema para Gabrielsson es que nunca se casó con Larsson, informa El Universal. Dado que el escritor no escribió un testamento, los derechos recayeron en manos de su familia de sangre.
Sólo Gabrielsson sabrá si su intención de controlar el legado de Larsson y de completar su última obra obedece a la idea de respetar la memoria del autor o si, en cambio, sólo busca generar más ingresos que queden en sus manos. Un dato sirve para entender el alcance del enfrentamiento: desde la muerte de Larsson, se han vendido 63 millones de libros de su autoría. Los billetes en danza, por lo tanto, son muchos.
Links relacionados:
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Comentarios1
Así es la vida. casos como este se sobran en este mundo. Lo cierto es que el "pobre" Larsson no lo disfrutó la millonada en vida y ahora esos millones no lo dejan descansar en paz en su ultima morada. En fin, que nadie sabe para quien trabaja!!! Roguemos por su alma, amén.
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