Ayer, el escritor peruano Mario Vargas Llosa fue galardonado con el Premio Hay Festival Segovia, distinción gracias a la cual el novelista recibirá un ejemplar de 1865 del libro «Our mutual friend», de Charles Dickens, uno de sus autores preferidos.
Además de recibir este reconocimiento, Vargas Llosa participó en la cuarta y última jornada de este evento español, marco en el cual conversó con Javier Moreno, el director de El País, sobre el arte de contar y construir ficción.
Durante esa charla, el creador de obras como «La casa verde» y «La fiesta del Chivo» definió al periodismo como «una profesión apasionante» que para él «ha sido fundamental» para poder escribir sus novelas, aunque reconoció que en el rol de periodista se siente «más limitado» porque no puede «inventar».
«Cuando yo hago un reportaje o escribo un artículo de opinión, realizo un esfuerzo enorme para decir la verdad, pero cuando escribo una novela la única verdad que importa es la literaria, la que yo soy capaz de construir con las palabras», expresó Vargas Llosa.
A la hora de las preguntas por parte del público presente, una mujer colombiana le consultó acerca de la posibilidad de que él escribiera la historia de Ingrid Betancourt, una iniciativa que, según aseguró la joven, «honraría» al pueblo colombiano. Ante esa sugerencia, el escritor señaló que, para dar a conocer una historia como la de Ingrid, «nadie resulta mejor que ella» para contar la atípica experiencia de haber permanecido secuestrada durante más de seis años a manos de la guerrilla. «Es una mujer lo suficientemente inteligente como para tomar, respecto a lo que vivió, la distancia necesaria que le permita hacer un libro-testimonio que será valiosísimo», expresó Vargas Llosa.
Desde su punto de vista, la publicación de la historia de Betancourt no sólo llamará la atención «por tratarse de un caso extraordinario», sino también «por el contexto político y social que está detrás de esa experiencia».
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