Semanas después de haber publicado en el diario «El País» un artículo titulado «Torear y otras maldades», el escritor peruano Mario Vargas Llosa ha sido distinguido con el III Premio Manuel Ramírez.
Ese galardón patrocinado por Persan que concede el «ABC» de Sevilla fue creado en 2008 en honor a un popular periodista y crítico taurino que realizó grandes aportes al mundo de los toros. En el caso del creador de «La fiesta del chivo», este premio que le fue entregado por unanimidad busca reconocer su valentía para defender la fiesta taurina de los ataques que sufre por parte de numerosos sectores.
Según expresó el novelista en el texto que elaboró inspirado en las corridas de toros, ese evento «es un espectáculo con algo de danza, de pintura, de teatro y de poesía». Para él, no se debería prohibir ese show que se identifica «con la tradición española», pero sí resulta importante respetar la libertad para que cada uno elija si apostar, o no, por este tipo de programas.
Desde su punto de vista, si bien es cierto que la Fiesta «es dura y tiene cierta crueldad», los toros no son los únicos animales que sufren ya que, tal como expresó el autor en entrevista con ABC.es, existen otras especies que son víctimas de la brutalidad, el apetito y hasta de los caprichos del ser humano. Los toros, asegura Vargas Llosa, sólo existen «en los países donde hay corridas y allí son tratados con un cariño y amor extraordinarios».
Como resulta evidente, cada uno de nosotros puede tener su propia opinión respecto a las corridas de toros y se puede estar, o no, de acuerdo con la decisión de haber premiado al mencionado escritor por defender ese tipo de espectáculos, pero lo que no se debería discutir es que, mientras las personas tienen la libertad de participar, o no, en esas «Fiestas», los toros no pueden elegir: sólo les queda aceptar una realidad peligrosa que los somete a un estrés innecesario por voluntad del ser humano.
Links relacionados:
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https://ambitotoros.blogspot.com/2010/05/vargas-llosa-premio-manuel-ramirez-por.html
Comentarios1
La corrida de toros es un espectáculo de danza macabra y todos aquellos que defienden esta barbarie son cómplices de un crimen de lesa animalidad. Es vergonzoso tratar de justificar dichas crueldades en contra los animales. La corrida no tiene nada de valentía, sino de cobardía porque un toro desangrado por las banderillas no puede tener suficiente fuerza para aguantar todo un “espectáculo”. A menudo el toro no muere de manera instantánea y sufre mucho con los varios intentos de espada. De los grandes poetas, Rubén Darío fue quizá el único que escribió un poema denunciando el bestialismo del hombre. Se llama La Gesta del Coso y es además un poema hermoso.
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