Tres cantos del unicornio de papel

1. Al pie de la pregunta: lo cotidiano

Creando

La idea da vueltas,
aérea,
antes de llegar al centro,
al costado
de la nada,
y no claudica
su vuelo
hasta aterrizar.

De «Donde habita el escarabajo», 1996

En Donde habita el escarabajo «la capacidad de síntesis de la autora va de la mano con la economía de lenguaje, dando por resultado poemas que son cápsulas con hondo sentido existencial» (Colección Cuadernos Marginales, UTP). De igual manera, Espejos se asoma a la calle, la lluvia, en cada esquina lo cotidiano es un eje vital en que se mueve la poeta:

Reflejo

Esta calle podrías ser tú,
otra foto carné imprecisa.
Hay un espejo acercándose.
En cada charco están tus ojos
despertando.

La página es una certeza donde la poesía reina como una “isla en el caos” (o tal vez como un caos que crece en su espacio). Papel en mano, acaso la defensa del artista en un mundo donde lo único cierto es el cambio. “Duro poco y es enorme la noche”, como diría Octavio Paz. La palabra se alza con voz multiplicada entre nosotros, con su iluminación frente a frente o su memoria a espaldas, y toma de su entorno aquello apenas trascendente, salvo para el poeta.

La niña

¿Jugarás todavía en mis pupilas, ángel que fui?

A veces pienso que miras con los ojos míos,
porque hay alas en mi cuerpo y salto las fronteras
que me hacen mortal como los adultos,
en sueño me convierto, en cada sueño el sueño soy.

Érase una vez en la ciudad de henequén,
la niña mágica me cuenta;
yo miro con piedad la edad que tengo:
se ha caído la estrella, pero ella no lo sabe.
¿Para qué decirle que las luciérnagas
pierden su luz alguna vez?

Del trabajo “Unicornio de papel” (2003), algunos textos sobre lo urbano y el desconcierto:

2.
En la ciudad donde el farol es la estrella más grande,
busco en las luces lejanas ese astro espinoso
que ha disuelto en la esfera su fuego mágico.
Su lámpara elemental se apaga
como la llama al soplo de un gigante.

¿Qué han visto mis ojos por las noches?

Estamos perplejos sin verdades.

2. Soplo: el amor

Soplo

Entiendo al aire
cuando lo impulso,
desde mi boca lo llevo
al caracol de tu oído
y se estanca como el mar
para ser escuchado.

Pronóstico
Como gitana le dije
que estaría conmigo
una noche de lluvia,
cuando el relámpago
estallara su candela
entre los bosques
y una carcajada de nube
rompiera su fuente
sobre el mundo.
Y estuvo a tiempo
la fecha y el cuerpo
para el amor.

Guitarra

Ayer me entregó
su cuerpo desnudo
y sentada entre mis piernas
fue dejándose amar
desde la boca.

3. Unicornio de papel: lo social

(…)
Perdimos la paz boscosa,
rompimos el pacto.
Somos reyes sin trono
en este paraíso de hojalata.

“Cien años”, Espejos (2003)

En el caso de Panamá, la última década del siglo 20 despierta con la invasión de las tropas norteamericanas el día 20 de diciembre de 1989. Como diría el poeta José de Jesús Martínez en aquellos días “Panamá es esto, y esto soy yo. Por muy poco que sea, es todo lo que tenemos. Y es la herencia que les dejamos, los materiales para construir el futuro. Y también es pasado. Porque la historia, como por otra parte la vida misma, es retroactiva” (1991). Panamá, patria-puente de cintura adolorida, recorrida en la palabra de la poeta.

Mariposa
¿Cuántas veces se ha detenido el sol a mediodía,
porque no quiere vivir más atardeceres?
¿Cuántas, cuántas veces?
Control Machete

que al pisarla un extraño se secó
Amelia Denis

Hela allí, mariposa mal herida.
Su cuerpo atropellado en el cemento.
¿Podrán volar tus alas rotas?
La calle ha dejado de recordarla.
En este cementerio duerme desahuciada
con los que han perdido el mundo,
afortunadamente malagradecidos
de su guarida temporal,
que no juraron la bandera
ni los himnos gloriosos que bendicen el suelo,
porque el suelo es sirvienta
y su mantel se estira
en parques de mangos derramados.

La mariposa muere, demandada en el cielo,
atacada por hormigas terminales
que comulgan en su desaparición.
Al pie del arreo,
el cuerpo dormido de un humano
abanica esas alas duras, olvidadas
como el aserrín de las muñecas.
Parece morir contigo.
¿Qué extraña coincidencia lo secó?

Humana poeta que se afirma en el “unicornio” de papel que la sostiene y la poesía.

(…)
Aquí estoy, jugando con el unicornio de papel,
haciendo sombra como los púgiles.
La tarea es dura, que no te mientan,
que no te digan que se alivia con calistenia,
porque he construido una torre en su cuerno
para tocar la atmósfera.

Polvo soy, es cierto,
y no sé si mañana despierte,
pero vale la insolencia del centinela,
vale la insolencia.

(de Unicornio de papel, 2003)

Y de esta insolencia nos dirá la poeta finalmente, en un canto destinado al acontecer nacional en la mitad de la década de los años 90, poco tiempo antes de la reversión de las áreas canaleras a manos panameñas con el cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter:

(…)
Aunque el vaticinio sangre su costado más débil
y la esperanza rompa siempre su lado angosto,
y acerquen abrazo los horarios temidos desde su origen,
y la súbita indecisión madure sus estancias,
estoy con mis manos llenas
para el principio de la obra.

(“Confesión”, de Acopio de piezas, 1995)

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