Vivimos en una época en la que la medicina ha cobrado un protagonismo impredecible; tal es así que ha llegado a ocupar, en la escala de valores, el peldaño que antes ocupaba la religión, casi.
Cualquier dolencia nos lleva a visitar a un médico que tiene la autoridad de decirnos qué nos ocurre, por qué y cómo ponerle solución a nuestro problema. Confiamos tan ciegamente en la medicina que nos hemos convencido sin darnos cuenta de que para todo dolor existe una pastilla, una terapia o una solución química que en teoría puede ayudarnos. Pero cuando decimos que confiamos en la medicina, en realidad lo estamos haciendo la industria farmacéutica, que se mantiene en pie a costa de nuestro miedo y de nuestra dependencia.
La eterna disputa entre salud y ciencia es sin duda un tema sumamente complejo e interesante para el debate, que ha sido llevado al cine en numerosas ocasiones y del que la literatura también se ha hecho eco. Y el libro que hoy les traigo, «Conspiración vírica» de Juan Martín García (Pigmalión), es otro ejemplo de este interés de la literatura por el debate.
Esta obra que se ha hecho con el Premio Escriduende a la mejor novela de intriga de la Feria del Libro de Madrid 2015, intenta representar los débiles hilos que sostienen a nuestra sociedad y la sutil batalla que tiene lugar de fondo mientras nosotros creemos que las cosas son de una sola manera. La realidad es mucho más ficticia de lo que creemos.
Tema de interés profundo
Cuando se habla de un tema tan inquietante como puede ser la eterna lucha entre salud e industria farmacéutica surge el interés. Sin duda, el tema fundamental de esta novela es sumamente inquietante, realista y llamativo; por eso, ¿cómo negarnos a leer una historia que se basa en él desde un punto de vista ficcional?
En «Conspiración vírica» nos encontramos con un científico que descubre una cura para el VIH y que inocentemente confía en el laboratorio en el que trabaja. Pero los intereses de los capos de la industria no están puestos en el bienestar humano sino en su propia ambición. De hecho, no hay nada de maravilloso para ellos en encontrar la cura a una de las enfermedades que más ha nutrido el capital de los industriales. Por eso, comienzan a tener lugar una serie de hechos misteriosos que pondrán en peligro no sólo la vida del científico, sino también de las personas que le rodean, y por supuesto, jugarán un papel fundamental en el desarrollo del conflicto fundamental de esta novela.
Creo que la elección del tema ha sido un verdadero puntazo por parte de Juan Martín ya que abre el debate sobre uno de los conflictos más controvertidos de nuestro tiempo y de urgente reflexión. Por otra parte, la forma en la que el autor consigue aunar el eje de la ficción con las miserables capas de hipocresía y miedo que ordenan la realidad, me parece muy interesante.
Guiños a la obra de Dan Brown
En «Conspiración vírica» hay un estilo claro que hace pensar inmediatamente en la escritura de Dan Brown, donde el interés del autor está puesto en tomar un conflicto real, más o menos histórico o mitológico, para ofrecer una narración donde el conflicto fundamental se adhiere a la paranoia como método de pulsión, para generar así en los lectores el interés y obligarlos al razonamiento. Me atrevería a agregar que específicamente en esta obra, partiendo desde el mismo título, parece haber un guiño a «La conspiración», obra del renombrado escritor estadounidense. Y se me ocurre, basada en esto que podría ser ésta una recomendable lectura para los aficionados a este tipo de literatura.
La escritura de Juan Martín es clara, aunque por momentos algo predecible. Y, si bien la tensión sabe mantenerse de un capítulo al siguiente, obligándonos a continuar leyendo; puede caerse con la misma rotundez. Parece haber una gran intermitencia en ella; como si la historia no pudiera mantenernos constantemente en vilo, y lo atribuyo a que se nos dice más de lo que necesitamos saber. En este punto creo que se encuentra la debilidad del libro, ya que considero que en este tipo de ficción el acierto reside en lo que no se dice más que en lo que se nos cuenta.
La literatura debe estar al servicio de la vida, de la sociedad, y debe ser una herramienta cuyo principal objetivo sea el convide a la reflexión; por eso creo que leer este libro de Juan Martín García puede ser una interesante apuesta para inmiscuirnos en un debate necesario en nuestro tiempo y disfrutar, de paso, de una inquietante historia. Porque si la literatura no nos salva de los grandes problemas de nuestro tiempo, ¿acaso podrá hacerlo la industria farmacéutica?
Conspiración Vírica
Juan Martín García
Editorial Pigmalión, 2015
ISBN: 978-84-15916-98-7
222 páginas
20 €
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