Se encuentra en circulación el libro Periodismo Escrito Paraguayo 1845 – 2001, de la afición a la profesión, de la historiadora Beatriz González de Bosio. El material lleva el sello de Intercontinental EDITORA.
Hay que reconocer que la autora del texto ha leído una importante y variada cantidad de volúmenes que guardan relación con la prensa, la política, la historia propiamente dicha del Paraguay, el novecentismo, y otros textos, para presentar al público el libro de marras.
En muchas páginas, y con un lenguaje elemental y sencillo, nos dice Beatriz González de Bosio, que el periodismo siempre estuvo muy ligado a la política. Y ha de ser así, seguramente, pues el hombre es un animal político, y la sociedad se desenvuelve -en gran parte- en torno a los acontecimientos políticos, que no dejan de influir en su economía, y, por ende, en su nivel de vida.
¿Pero qué es el periodismo?
«El periodismo es la función de recoger, codificar y transmitir en forma permanente, regular y organizada, por cualquiera de los medios técnicos disponibles, mensajes que contengan información para la comunidad social, con la finalidad de informar, formar y entretener», según las palabras de Eugenio Castelli.
PRENSA COMBATIDA
Ha de saberse que el periodismo ha sido fieramente combatido en todos los tiempos, en todos los lugares y en todos los sectores, debido a su gran influencia pública.
Por otro lado, la sociedad busca un sitio dentro de la prensa donde manifestar sus inquietudes, sus anhelos, y donde denunciar los atropellos a sus legítimos derechos. La prensa cumple, en ese aspecto, un papel imprescindible. Brinda soporte a los débiles y desamparados.
En la época del Dr. Francia, no había prensa, ni voz, salvo la suya.
En el Paraguay, la prensa escrita comienza con el gobierno de Don Carlos Antonio López, quien viendo la urgencia por consolidar la autonomía paraguaya (en permanente estado de asedio, pues Paraguay era visto como una provincia argentina) creó «El paraguayo independiente».
«El Cabichu»í» apareció durante la guerra contra la Triple Alianza, y se convirtió en un elemento de estímulo, pues había que mantener en alto la moral de los paraguayos que fueron a una confrontación bélica en desigualdad de condiciones.
Cuando suben y bajan los distintos gobiernos partidarios (colorados y liberales) se conoce en nuestro país una prensa escrita politizada, que toma posiciones a favor o en contra de determinados movimientos y personajes políticos de la época.
Los nombres y el desenvolvimiento de los diarios o semanarios son tan combativos como patrióticos. Así podemos citar, «El grito paraguayo», vocero de los emigrados paraguayos en Buenos Aires que hace duras críticas a la política de los López.
La prensa o el periodismo escrito paraguayo, con limitaciones propias, dio a conocer, sin embargo, a grandes figuras que descollaron por su talento y su capacidad para encender no sólo polémicas sino luces de conciencia en el pueblo. Por ejemplo, Blas Garay, quien fundó «La Prensa». Blas Garay se caracterizó por su combate a la corrupción que se generó dentro de su propio Partido Colorado. Tenía una mente brillante y 26 años solamente cuando murió. Una crítica encendida contra un personaje del coloradismo le costó la vida en una fiesta de estilo campechano el 18 de diciembre de 1899.
EL COLUMNISTA
Particularmente, pienso que el periodismo tiene una función gravitante dentro de la sociedad. Partiendo de la base de que informa a los lectores, se deduce que cumple un deber, un servicio, cubriendo una necesidad diaria dentro de la comunidad.
En cuanto al periodismo de opinión, creo que el columnista no sólo debe tener una sólida formación cultural, sino que también debe estar -suficientemente- involucrado con la realidad social, política y económica de su país. A partir de sus pensamientos, de sus ideas, productos de meditación, el columnista puede abrir una manera de pensar en torno a la realidad. Es probable que, de ese modo, el destinatario del periódico, o sea, el lector, participe -activamente- dentro del cambio de la sociedad.
Bien: Yendo de nuevo al libro de la autora, la misma nos cuenta que a lo largo de la historia, el periodismo y el clero han sobrevivido a todos los regímenes y opresiones. Esto nos dice, claramente, que la función que la prensa ejerce en el mundo es insustituible.
Ha existido en nuestro país el llamado «periodismo de trinchera», durante la Guerra del Chaco, que se caracterizaba por sus rasgos de humor. Ha de saberse que el humor es el contrapunto de la tragedia o de los malos tiempos políticos y económicos. Por una explicación de esas que nos hacen cavilar en el misterio del funcionamiento de la mente humana, concluyo que el humor ha ejercido y ejerce mucho poder en el campo político.
A través de la prensa hemos visto pasar a grandes o por lo menos importantes hombres de la figura histórica y periodística del Paraguay. Valga la ocasión para nombrar respetuosamente al intelectual, historiador, periodista e investigador Alfredo Seiferheld, quien ha dedicado su vida a estudiar al Paraguay durante la guerra, la paz, y ha hurgado en sus circunstancias económicas y políticas, echando luces a través de las páginas del diario ABC Color.
STROESSNER
Existió en nuestro país (muchos lo sabemos) una prensa de propaganda del Partido Colorado durante el gobierno del dictador Stroessner. Me refiero al diario «Patria», que instaló un periodismo dictatorial. Y qué decir de «La voz del coloradismo», que comenzaba su cantinela más o menos así: «Contra la prédica subversiva que busca romper la unidad de la familia paraguaya».
La necesidad dio siempre sus buenos frutos. Cuando ocurrió lo de la Guerra Grande, el papel importado que se usaba para la impresión empezó a escasear y se vio obligado el ingenio paraguayo a hacer uso de la fibra del caraguatá (arbusto espinoso que crece en nuestro país). Cuenta en el libro Beatriz González de Bosio, que hacia 1867 se produjeron 1.000 pliegos semanales de papel de esta fibra y de ybira. Créase o no, la necesidad imperiosa de mantener en marcha la circulación de la prensa escrita hizo que por primera vez se produjera papel en el Paraguay. Dice -también- la autora que los periódicos impresos con ese material llaman la atención por su perfecto estado de conservación.
De modo que ahora a mí me llama la atención la incapacidad de la gente de producir materiales útiles para nuestra economía en tiempos de paz.
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