«Dejame tener un gato». Así se llama una novela corta infantil de José González Torices que leí con verdadera devoción de niña. En aquel entonces mi fascinación por los felinos llegaba a puntos obsesivos: desde tener un propio cementerio para los gatos del barrio al fondo del jardín hasta fanatizarme con lecturas que los tuvieran como protagonistas. Con el tiempo me di cuenta de que este fanatismo no era una cosa mía, sin duda si hay animales populares en las sociedades, esos son los gatos. Aquí vamos a repasar a algunos felinos que han hecho historia gracias a la literatura.
Los gatos y los títulos
Los señores gatos forman parte de la literatura desde tiempos antiquísimos y han sido inspiradores de los títulos más curiosos e interesantes de este bello universo. Tenemos, por ejemplo, «El gato con botas», un peculiar personaje de la literatura tradicional que nos invita a vivir una aventura inolvidable al vestirse con un par de botas mágicas. Un «Gato negro» es el protagonista del cuento más escalofriante de Edgar Allan Poe; se llama Plutón y desde que lo conocemos no podemos olvidarnos de él.
«El gato en el sombrero» es el personaje de los cuentos infantiles de Dr. Seuss, y estoy segura de que muchos de nosotros nos hemos divertido con este mago del ilusionismo, capaz de crear toda clase de situaciones absurdas y estimulantes. Asimismo, tenemos a los «Gatos ilustres». Así se titula una obra de Doris Lessing en la que la autora británica nos ofrece una mirada sobre la percepción felina y las diversas relaciones que se establecen entre esa especie y la nuestra. Una lectura interesante, llena de bigotes.
Y como estos ejemplos, hay muchísimos otros donde los felinos se hacen con el control de las obras literarias, desde el mismísimo título. Sin embargo, haciendo honor a su gran habilidad para engañarnos a todos, algunos gatos han sabido pasar desapercibidos por la literatura. De este modo, muchas criaturas de esta especie han formado parte de historias entretenidas como personajes, a veces secundarios, consiguiendo sin que nos demos cuenta, una visibilidad indiscutible.
Personajes gatunos
Algunos felinos se han aparecido en la literatura como personajes también, poniendo a las historias un punto de humor y de picardía. Tenemos en este caso al fabuloso Gato Sonriente, de «Alicia en el país de las maravillas», que como buena criatura bien pensante tiene la capacidad de aparecer y desaparecer según si le interesa o no el tema de conversación o debate.
Morriña es otro gato literario. Pertenece a la novela «El bosque animado» de Wenceslao Fernández Flórez. En este caso, el gato es el absoluto protagonista y junto a un grupo de secuaces, «los panteritas» harán de las suyas por las calles. En esta historia, encontramos interesantes reflexiones en torno a la vida doméstica y la relación con la naturaleza.
¿Y cómo olvidarnos de Behemoth? Este personaje de Mijaíl Bulgákov («El maestro y Margarita»), que ama el vodka y que se comporta como un humano, con sus pasiones y sus vicios. Además, esta criatura no está sola, la acompañan un grupo de felinos que sirven al mismísimo demonio.
Gatos que aman la literatura
Si hacemos una búsqueda en Google sobre fotografías de escritores o escritoras encontraremos un millón de felinos mostrando sus pupilas verticales y luciendo su elegancia animal junto a sus amigos humanos. Margaret Atwood, Elena Poniatowska, Ursula K. Le Guin, Julio Cortázar, Mark Twain… La lista de escritores que adoran a los gatos es larguísima.
Es posible que estas estrechas relaciones sean una prueba de lo mucho que nos parecemos los escritores a los gatos. Nuestra pasión por el silencio y la quietud, nuestra necesidad de hacernos de un entorno propio donde nada destruya nuestra paz son cosas que tenemos en común con ellos. Durante horas somos capaces de soportar la parálisis del mundo mientras lo único que se mueve está dentro. Igual que los gatos. Es posible que esto nos acerque y que haya colaborado con la gran popularidad de estas criaturas en el mundo de los libros.
En el libro «Dejame tener un gato» un niño lucha por conseguir que sus padres le permitan quedarse con un gatito negro que ha encontrado abandonado en la calle. La historia es tierna y tiene un mensaje de solidaridad para con los otros. Quizá eso es algo que también aprendemos gracias al contacto con otras especies: gatos, perros, pájaros, ardillas. El mundo está lleno de criaturas fascinantes de las que aprender muchísimo.
Comentarios1
Sí, los gatos son en su individualidad, simplemente adorables.
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