Hay personas que creen que la mejor terapia de autoconocimiento es la escritura; sin embargo, muchas veces, la lectura ofrece caminos que la escritura no y que podrían ser mucho más intensos y efectivos para hurgar en nuestra identidad y nuestro deseo. La lectura puede ser una verdadera herramienta de búsqueda íntima; porque nos posiciona en un lugar de extrañeza. No podemos decidir qué pensar, avanzan las palabras y van poniendo en primer plano nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestros recuerdos olvidados. La búsqueda interior es todavía más insospechada que en la escritura y, por eso, puede ser sumamente productiva.
Estos tres libros que te recomiendo hoy podrían servirte para trabajar tu mundo interior, tus ideas, y elaborar caminos de sanación y felicidad. No dejes de leerlos.
«Las alas de las polillas», de Amanda Sorokin (BajAmar Editores)
¿Qué sucedería si intentáramos mezclar la antropofagia con la teoría de cuerdas? Estaríamos asumiendo una tarea titánica con una gran probabilidad de fracasar en el intento. A no ser que seamos Amanda Sorokin que, en su libro Las alas de las polillas se propone trabajar estos dos temas desde un lugar preciso y renovador.
A través de una poética de lo cotidiano, consigue ofrecernos un conjunto de versos que apuestan por una visión casi pesimista de la vida. La voz poética está constantemente aclarando que buscarle sentido a las cosas es absurdo, que la vida es un suceder de acontecimientos desiguales que no podemos parar y que no tienen lógica alguna. Sin embargo, la poesía puja, crea, visibiliza una realidad más profunda, donde hay luz, y da un poco vuelta esas teorías nihilistas para devolvernos la ilusión que está en la palabra y sus posibilidades.
Es un primer poemario interesantísimo, en el que se pueden notar las referencias poéticas de la autora, pero en el que sobre todo se nota la autenticidad de su voz y su búsqueda estética. No te lo pierdas.
«Campamento de supervivencia», de Jimena Arnolfi (Liliputienses)
La maternidad y sus voces. En Campamento de supervivencia Jimena Arnolfi encontramos un ingenioso poemario en forma de diario que nos permite conocer el viaje interior de una mujer a través de la maternidad. La dificultad para compatibilizar la escritura y la crianza, la fuerza del apego, la incomprensión del mundo después del nacimiento de la hija.
Un libro que es también un homenaje a todas las mujeres que nos han servido de puntal a lo largo de la vida y, sobre todo, plantea una forma de desidealizar la maternidad. De alguna forma, Arnolfi viene a decirnos: sí, ser madre es una cosa preciosa, una experiencia sin igual, pero también tiene su herida, y hay que escribirla. Un libro fascinante donde la poesía es el bote salvavidas. No dejes de leerlo.
«Sólo una canción», de Mark Strand (Pre-textos)
Desde que leí Puerto oscuro (Kriller 71 Ediciones) he devorado todo lo que ha caído a mis manos de la obra de Mark Strand. Es uno de los poetas que más me interesan de su generación; ha sabido tomar el testigo de la poesía confesional y llevarla a otro nivel, desde lo íntimo a lo onírico. Sólo una canción es lo más reciente que he leído de Strand y me ha conmovido profundamente.
En él la poesía refleja una mirada sobre la vida íntima pero sin el discurso de lo confesional, más cerca de lo descriptivo, de lo frontal. Esto soy, lo que falta, y no vengo para que tengas piedad de mí sino para que me conozcas. Ésta parece la gran voz que subyace a su poesía y que en este libro adquiere valor ineludible.
Pero no hay que confundirse, su poesía no se centra en el yo, sino en lo que lo rodea; por eso, leerlo es leernos, llegar a sus poemas es entrar en una dimensión distinta donde podemos reconocernos y donde podemos asumir una nueva perspectiva desde la que mirar el mundo. Y creo que en ese detalle reside la maravilla de su voz. En este libro encontramos poemas inolvidables para pensarnos y para pensar el paso del tiempo y las experiencias intentando quedarnos con algo de luz después de tanto dolor, o tanto miedo. Un libro que confirma la maestría de este poeta y que podemos leer gracias a la traducción de Eduardo Chirinos para Pre-textos.
Independientemente del tipo de lector que seamos, de nuestra manera de mirar el mundo y de nuestras peculiaridades identitarias, creo que estos tres libros, totalmente diferentes entre sí, pueden sernos de gran ayuda para conocernos mejor y para buscarnos. Espero que te animes a leerlos y disfrutes de estas tres poéticas interesantísimas.
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