Continuamos hoy con esta serie de artículos de nuestro Taller Literario. En esta oportunidad vamos a referirnos a un par de neologismos que se han vuelto sumamente populares de un tiempo a esta parte pero que no siempre utilizamos correctamente.
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Dos neologismos que no usamos correctamente
A propósito de las declaraciones de la activista Greta Thunberg se han vuelto virales ciertas frases en torno a su comportamiento que han puesto sobre el tintero el término «neurodiversidad», pero ¿es correcta su composición?
Según leemos en Fundéu el término «neurodiversidad» es de composición correcta. Se escribe en una sola palabra y sin ningún detalle en su grafía.
Este término sirve para referirse a las múltiples inteligencias sensoriales que tenemos los seres vivos. Se utiliza para explicar que aunque las personas podamos presentar diferentes formas de comportarnos y relacionarnos, las diferencias no siempre son signos de ser portadores de algún trastorno de las emociones o el intelecto. Generalmente se usa para referirse a una situación dentro del contexto de ciertos problemas de comunicación vecinos al autismo.
Centrándonos en su composición podemos decir que se encuentra perfectamente creada. Usa el elemento compositivo «neuro-» cuyo significado es ‘sistema nervioso’ seguido del sustantivo «diversidad», que significa ‘gran cantidad de varias cosas distintas’. Se trata de un nombre común por lo que es innecesario escribirlo con inicial mayúscula.
El segundo neologismo que analizaremos es «sabanización». Se utiliza para hacer referencia a las consecuencias de la explotación abusiva de selvas y bosques tropicales, que es la aparición de grandes zonas de claridad en medio de la foresta, donde crecen arbustos y pastizales más propios de la sabana que de las zonas boscosas.
Este término se ha creado partiendo del sustantivo «sabana», cuyo significado es ‘llanura que no tiene vegetación de árboles’ siguiendo la fórmula de otros conceptos como «desertificación» (impacto negativo en la composición de un suelo que pierde todo su potencial productivo) que indica una acción negativa sobre el bosque hasta hacerlo desaparecer.
Dado que estamos ante un neologismo válido, no es necesario indicar ninguna marca en su grafía.
El mal menor del mar
Seguramente lo menos grave que le ha ocurrido a la albufera de Murcia es la forma en la que se escribe su nombre, sin embargo, es importante que hagamos una aclaración al respecto porque en muchos medios de comunicación, a propósito de la catástrofe ecológica acaecida en la zona no se ha escrito correctamente.
La forma correcta de denominar esta costa es Mar Menor, las dos palabras con inicial mayúscula.
No obstante en los medios de comunicación encontramos frases como ésta:
Para no cometer más errores como éste no viene mal revisar la ortografía de nuestro idioma. Los nombres de accidentes geográficos se escriben con inicial minúscula; no obstante cuando el sustantivo común forma parte del nombre propio debe escribirse con inicial mayúscula. De este modo escribimos «río Caudal» porque el nombre no tiene el accidente geográfico en su formación, y sin embargo, «Río de la Plata».
En el caso del mar de la albufera de Murcia, el sustantivo común forma parte del nombre propio, por lo que debe escribirse con inicial mayúscula. Así que, a estar atentos y evitar problemas idiomáticos como éste.
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