Complemento de régimen

Dentro del mundo de las letras, el análisis sintáctico y la gramática, no siempre un elemento, construcción o función posee una única denominación. Producto de esta particularidad, por ejemplo, encontramos que el complemento directo y el objeto directo son sinónimos, al igual que sucede con el complemento de régimen y el objeto preposicional.

Si bien en su momento ya hemos explicado las características y funciones de estos componentes del lenguaje, nunca está demás recordar sus propiedades y usos. Por ese motivo, en esta oportunidad vamos a hacer referencia al complemento de régimen, un concepto no circunstancial también conocido bajo el nombre de suplemento que se introduce en una oración mediante una preposición específica impuesta por el significado del verbo.

Este elemento que puede ser reemplazado por una preposición acompañada de un pronombre tónico es directo cuando no existe el complemento directo, mientras que es indirecto cuando sí figura ese complemento en el enunciado.

«Eduardo no se compromete con su trabajo», «El perro se acostumbró a su presencia», «El especialista habló sobre la importancia de cuidar nuestra salud», «Raquel discutió con su esposo», «Ser feliz sólo depende de ti», «Esa palabra carece de significado», «Mi amiga siempre se entera de todo» y «Agustina sueña con encontrar a su príncipe azul» son otros de los ejemplos que pueden sumarse a los ya publicados en el artículo referido al objeto preposicional.

Como se desprende de las oraciones citadas, en el complemento de régimen los verbos no están acompañados por cualquier palabra, sino que cada uno de ellos obliga a incluir una preposición determinada, aunque no siempre existe una sola opción. «Comprometer», por ejemplo, puede estar complementado por «a» o «con», de acuerdo al contexto, pero nunca por «de» o «hacia», mientras que «acostumbrar» se utiliza con «a» y no con «sobre» o «de». «Discutir», por su parte, es un verbo que debe ir acompañado de «con», al igual que «soñar».