Se denomina complemento u objeto directo a la función que cumple un pronombre, un sintagma nominal o una proposición subordinada sustantiva que es requerida de forma directa y obligatoria por un verbo transitivo.
Estas construcciones fundamentales para los verbos de carácter transitivo que no dependen del número del verbo y sólo se pueden encontrar en las oraciones expresadas en voz activa, nunca llevan preposiciones, excepto cuando hacen referencia a personas concretas, como en el caso de oraciones como «Vimos a tu primo», «Sorprendí a mi mamá» o «Estafaron a mi abuela».
Por otra parte, a la hora de reconocerlo en un enunciado, es importante tener en cuenta que el complemento directo siempre se puede sustituir por los pronombres «lo», «los», «la» o «las», entre otros. Además, cuando una oración activa se convierte en pasiva, esta clase de complemento pasa a ser el sujeto paciente, mientras que el sujeto de la voz activa se transforma en el complemento agente.
A continuación incluiremos algunas oraciones como ejemplo para que la comprensión de las características y las funciones del complemento directo resulte lo más sencilla posible. De todas maneras, esta construcción que modifica al predicado ya ha sido analizada tiempo atrás en el artículo titulado «El objeto directo», razón por la cual es aconsejable acudir a él en caso de que haya quedado alguna duda o confusión respecto a las particularidades o roles del concepto que presentamos en esta oportunidad.
«Sebastián colecciona cuadros» («Sebastián los colecciona»)
«Aprobé el exámen» («Lo aprobé»)
«El perro destrozó el jardín» («El jardín fue destrozado por el perro»)
«Mirta vende artesanías» («Las artesanías son vendidas por Mirta»)
«Gustavo adoptará un bebé» («Gustavo lo adoptará»)
«Blanca ordenó la biblioteca» («Blanca la ordenó»),
«Gómez rechazó el trabajo» («El trabajo fue rechazado por Gómez»)
«Ulises construyó una torre» («Ulises la construyó»)
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