Comenzamos la semana con un nuevo texto sobre lenguaje. Seguimos con algunos consejos respecto a la relación de concordancia entre diversas palabras de una oración y luego veremos algunas expresiones que no son adecuadas en nuestro idioma.
Les recomiendo pasarse por la Página del Español Urgente, donde podrán encontrar muchísima información relevante acerca del uso que hacemos de nuestro idioma, y que es nuestro sitio de referencia fundamental. También les invitamos a visitar nuestro Taller Literario donde vamos subiendo todos estos textos cuyo objetivo es otorgarnos ideas y consejos para aprender a utilizar mejor nuestro idioma.
Cuando dar por hecho es femenino
La expresión ‘dar por hecho’, que sirve para referirse a algo que se asume sin ningún tipo de cuestionamiento. Como ocurre con algunas frases hechas, se trata de una expresión que debe concordar tanto en género como en número con aquello a lo que haga referencia; por lo tanto, puede cambiar tanto de género (‘dar por hecha’) como de número (‘dan por hecho’).
Sin embargo, al igual que ocurre con otras frases, no siempre la utilizamos correctamente. Es más, generalmente la ponemos en singular y masculino, independientemente de la oración que la acompañe, lo cual es incorrecto. En el caso de que aquello a lo que haga referencia sea femenino, entonces la frase cambiará de género, y en el caso de que sea una construcción en plural, deberá cambiar también su número.
Lo mismo ocurre con otras expresiones tales como ‘dar por válido’, ‘dar por sentado’ o ‘dar por bueno’, así que a partir de ahora tendremos que estar muy atentos a ellas para utilizarlas correctamente.
Y siguiendo con los géneros pasemos a los sustantivos epicenos. Dentro de este grupo se encuentran los nombres comunes que aunque tengan un género gramatical determinado se pueden asignar indistintamente a individuos pertenecientes a uno u otro sexo indistintamente.
En esos casos, es muy importante recordar que el artículo es invariable, es decir, no cambia según el sexo al que pertenece el sujeto de la oración sino que se mantiene el que le ha asignado nuestra Gramática. Existen así sustantivos epicenos masculinos (el lince, el personaje) y femeninos (la persona, la víctima, la ballena), de este modo cuando deseemos que en la oración se entienda el sexo al que pertenece al individuo del que se está hablando debemos valernos de un adjetivo que nos ayude pero no cambiar el artículo.
Podemos decir, por ejemplo:
Cuando tenemos que acabar con comernos la preposición
En las últimas semanas me he topado muchas veces con la expresión ‘va acabar’, a tal punto la he visto escrita de este modo que he indagado en Fundéu para ver si la equivocada no era yo, que la escribo con la preposición delante del verbo. Pero no, resulta que se ha puesto de moda comerse la preposición pero es incorrecto.
La supresión de la preposición seguramente tiene que ver con que en el lenguaje coloquial la pronunciación de ésta se une con el comienzo del verbo y parecen fundirse en una; sin embargo, estamos ante una estructura de verbo ir + preposición ‘a’ + verbo en infinitivo (que sirve para expresar que algo sucederá en un futuro no muy lejano o que existe el propósito de hacer una determinada cosa) y en estos casos no es aceptable prescindir de la preposición.
Y hasta aquí nuestro repaso de la semana. Aprender a utilizar correctamente nuestro idioma (y cualquiera) es una labor ardua que no se termina jamás, pero si queremos comunicarnos cada vez de forma más directa y clara, sin duda es este el único camino posible. Aunque estemos en vacaciones debemos seguir trabajando por mejorar nuestra comunicación oral y escrita, ¿no les parece?
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