El castellano medieval, también conocido como castellano antiguo, es una lengua que se habló entre el siglo X y el siglo XV, cuando un reajuste consonántico dio nacimiento al castellano contemporáneo.
El sistema fonológico del castellano medieval era muy cercano al de las lenguas romances actuales. Las consonantes contaban con tres pares de sibilantes, sordas y sonoras con valor de distinción fonológica.
En el castellano medieval, los perfectos compuestos de los verbos de movimiento se construían mediante el auxiliar «ser». Por ejemplo, la frase actual «Las mujeres han llegado» se decía «Las mugieres son llegadas». Por otra parte, la pertenencia y la posesión se expresaban con el verbo «aver» (hoy, «haber»), con frases como «Carlos dos fijas ha» («Carlos tiene dos hijas»).
En cuanto al pretérito perfecto compuesto, el participio pasado solía concordar en género y número gramaticales con el objeto directo. La oración actual «Elena ha cantado tres canciones», en castellano medieval quedaría como «Elena ha cantadas tres canciones».
Otra diferencia importante entre el castellano antiguo y el castellano moderno es que, en la antigüedad, el orden de las palabras dentro de una oración era más libre. Incluso, el verbo podía aparecer al final («Cuya es la cosa, genitivo caso es»).
La obra más destacada escrita en castellano medieval es el «Cantar de mio Cid», un texto anónimo que narra hazañas heroicas inspiradas en los últimos años del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar.
Los versos de esta obra se encuentran divididos en dos hemistiquios, cada uno de entre 4 y 13 sílabas, separados por cesura. No presenta división en estrofas; en cambio, los versos se agrupan en tiradas (series de versos con una misma rima asonante).
Se supone que el «Cantar de mio Cid» (tal como se conoce a esta obra, aunque no se sabe su título original) fue escrito alrededor del año 1.200.
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