El género épico es aquel que presenta hechos legendarios o ficticios de forma objetiva, desarrollados en un espacio y tiempo determinados. El autor de este género literario suele expresarse por medio de la narración, aunque también puede incluir la descripción y el diálogo. Hay casos donde la épica no es escrita sino oral, contada por los rapsodas.
Cabe destacar que el género épico puede estar basado tanto en hechos verídicos como en inventados. La narración se realiza en tiempo pasado, mientras que el narrador puede aparecer o no en la obra. Esto lo diferencia del género lírico, donde el narrador está siempre presente, y del género dramático, donde desaparece por completo.
La forma más habitual de la épica es la prosa o el verso largo (hexámetro, verso alejandrino, etc.). Su mayor extensión está determinada por su inclusión del resto de los géneros en determinados pasajes de las obras. Por otra parte, la épica pueda presentar divisiones en su estructura, como capítulos y epígrafes.
Entre los distintos subgéneros de la épica, aparecen la novela, el relato, el cuento tradicional (narración anónima de carácter oral), el mito (narración breve con una función cognoscitiva o explicativa), la leyenda (presenta hechos con alguna base histórica de verdad pero con elementos ficticios), el romance (narración breve en verso), la epopeya (narra las hazañas de un héroe arquetípico), el cantar de gesta (similar a la epopeya, pero con menor presencia de los elementos divinos y fantásticos) y el poema épico culto (una actualización de la epopeya griega y romana). Cada uno de estos subgéneros, a su vez, presenta diferentes clases de textos y tipologías.
Por último, es importante señalar que la trama de la épica puede seguir un orden cronológico (estructura lineal), donde se respeta una temporalidad objetiva, o puede alterar el orden de los sucesos (estructura discontinua o no lineal).
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