Ya hemos visto en Poemas del Alma que un enunciado es un conjunto organizado de palabras que expresan una idea. También nos hemos referido a los enunciados dubitativos, a través de los cuales se expresa un mensaje como algo dudoso o posible.
Hoy es el turno de los enunciados exclamativos, aquellos cuya entonación permite manifestar los diversos estados anímicos que puede presentar el emisor (ya sea sorpresa, dolor, alegría, miedo o cualquier otro).
Los enunciados exclamativos se caracterizan por una elevación del tono en la fase inicial, seguido por un descenso rápido del mismo.
Es importante tener en cuenta que, si se incluye la entonación exclamativa, cualquier tipo de enunciado puede ser exclamativo sin dejar de su cumplir su función principal.
Por ejemplo, el enunciado «Ojalá que esta tarde no llueva» es desiderativo, pero también puede ser exclamativo al incluir signos de exclamación: «¡Ojalá que esta tarde no llueva!».
De igual forma, un enunciado dubitativo como «Tal vez nunca salió de su casa» se vuelve exclamativo con los signos correspondientes: «¡Tal vez nunca salió de su casa!».
Los enunciados imperativos («Ven aquí de forma inmediata») y los enunciados enunciativos («Voy a jugar al fútbol») también pueden transformarse en enunciados exclamativos («¡Ven aquí de forma inmediata!» / «¡Voy a jugar al fútbol!»).
Cabe destacar que, de acuerdo a lo mencionado por la Real Academia Española (RAE), un enunciado puede ser incluso exclamativo e interrogativo a la vez. En estos casos, los signos pueden utilizarse de dos maneras: abriendo la frase con el signo de exclamación y cerrándola con el de interrogación (o viceversa), o abriendo y cerrando el enunciado con ambos signos a la vez. La RAE recomienda utilizar esta última forma, aunque no prohíbe la primera.
¡¿Cómo se te ocurre tal cosa!?
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