Las nuevas tecnologías han impuesto una nueva forma de comunicación, no sólo en cuanto a los medios que se ponen a nuestra disposición para ello sino también en lo referente al lenguaje. Este último aspecto en la forma en la que nos comunicamos es uno de los que más me interesa y al que suelo apelar en esta serie de artículos. En las últimas décadas han surgido nuevas formas de llamar a las cosas; e inevitablemente, nuevas formas de nombrar aquello que antes no existía. Algunas de estas palabras se han puesto tan de moda que ya las hemos incorporado a nuestro lenguaje. ‘Trol’, ‘trolear’, ‘troleo’ son algunas de estas palabras; protagonistas en este texto de nuestro Taller Literario.
El verbo trolear y sus diversas acepciones
En algunos países de latinoamérica el verbo ‘trolear’ tiene significados propios. En Honduras, por ejemplo, se utiliza para referirse al uso de ejercicios físicos muy exigentes como método de castigo cuando alguien ha cometido un delito o una mala acción; en el ámbito deportivo, a su vez, puede servir para referirse para expresar que se ha derrotado de forma rotunda a un oponente en una competición. En Costa Rica, por su parte, es un verbo que sirve para referirse a la acción de dar un paseo o cubrir una larga distancia a pie.
Pero para el resto de los hispanohablantes se trata de un término moderno, que nos llegó a través de las nuevas comunicaciones. En esa acepción, el verbo ‘trolear’ y el sustantivo ‘troleo’ son dos conceptos que se utilizan para referirse a la acción y al efecto de intervenir con malas intenciones en una discusión digital. En los comienzos de Internet, los troles (personas que realizan esta acción) eran personas anónimas que transitaban en los foros y llamaban la atención por contradecir a todo aquel que intentara objetar algo en una conversación. Al día de hoy los troles se han diseminado por toda la red llegando incluso a las redes sociales. Su objetivo fundamental es causar irritación y alboroto entre el resto de los usuarios.
Estas palabras se originan en un término de origen noruego que se escribe ‘trolleo’, sin embargo al día de hoy ya se han aceptado en nuestro idioma; por lo tanto no es necesario hacer ninguna aclaración en la grafía, como ocurre con los extranjerismos (cursivas o entrecomillado). Cabe mencionar también que en la castellanización la voz noruega pierde una ‘l’.
Incorrecto: «Los comentarios que busquen el “trolleo” serán eliminados y los usuarios bloqueados».
Correcto: «Los comentarios que busquen el troleo serán eliminados y los usuarios bloqueados».
Cabe mencionar que al día de hoy también existen otras acepciones del término. Su significado se ha ampliado y llevado a otros aspectos de la vida social. De este modo, puede utilizarse para hacer referencia al acto de ‘intervenir con ánimo de hacer fracasar algo’. A su vez, este concepto puede ser reemplazado por ‘reventar’, ‘provocar’ o ‘boicotear’. En otro contexto también puede ser utilizado como sinónimo de ‘molestar’ o ‘enfadar’ a alguien, o también de ‘tomar el pelo’, ‘gastar una broma’ o ‘vacilar’.
Reglas ortográficas en palabras compuestas
Pasemos ahora a otro tema importante: las reglas de acentuación para las palabras compuestas. Seguramente estarán pensando que no es necesario hablar sobre el tema porque todos conocemos las reglas de acentuación; sin embargo, se asombrarían si supieran la cantidad de veces que escribimos mal las palabras compuestas por desconocer su acentuación.
El tratamiento que reciben las palabras compuestas desde el punto de vista ortográfico es igual que el de las palabras simples, pero tomándolas como una única palabra. Es decir que debemos olvidar completamente cómo se acentuaba cada una de las partes que forman esta palabra y pensar en cómo debemos pronunciarla de forma unitaria.
Por ejemplo: en el caso de la palabra veintidós(veinte + dos) tenemos dos palabras que no llevan acento ortográfico; sin embargo al fusionarse, la nueva palabra sí lo lleva ya que se trata de una palabra aguda terminada en ‘s’.
No obstante, muchas veces, nos olvidamos de esta regla y escribimos palabras como ‘físicoculturista’ y ‘fármacorresistente’, ignorando que esta ortografía es incorrecta. En ambos casos la tilde se elimina porque las palabras compuestas son llanas terminadas en vocal, y por lo tanto no deben acentuarse de forma ortográfica. Por último, hay que recordar que aquellas palabras compuestas que utilizan prefijos o elementos compositivos para su formación deben sumirse a esta misma regla.
Incorrecto: «Un eclipse de súperluna tendrá lugar en la próxima madrugada».
Correcto: «Un eclipse de superluna tendrá lugar en la próxima madrugada».
Comentarios2
Aunque en su momento aprendemos las reglas, es conveniente repasarlas de forma asidua. Gracias por estos artículos tan ilustrativos, Tes. Un abrazo.
Excelente, gracias.
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