Usos del «se»

Los distintos usos del «se» suelen dar lugar a confusiones. En este artículo, intentaremos repasar algunos de los tipos principales de «se»:

Por ejemplo, el «se» puede cumplir la función de complemento indirecto y ser sustituto de «le» o «les». En este sentido, puede utilizarse en oraciones como «Le dije la verdad / Se lo dije».

Por otra parte, el «se» reflexivo funciona como complemento directo e indirecto, y tiene el mismo valor que «me», «te», «nos» u «os». Esta función aparece cuando su referente coincide con el sujeto (que hace y recibe la acción): «La mujer se aburre y se marcha». Hay casos en que el reflexivo tiene un valor factitivo (no hace directamente la acción).

El «se» dativo o intensificador del verbo puede añadir matices al significado del verbo y se presenta en dos tipos de construcciones: concordado (cuando la persona del pronombre coincide con el sujeto) y no concordado (cuando la persona no coincide con el sujeto): «Comió diez empanadas / Se comió diez empanadas», «Tomó diez litros / Se tomó diez litros».

El «se» recíproco cumple la función de complemento directo o indirecto y presenta el mismo valor que «nos» u «os»: «Nicolás y Mariana se pelean seguido», «Pepe y Cacho se odian».

El «se» pronominal exige la presencia del pronombre reflexivo y no existe sin él. Puede llevar complemento de régimen o suplemento: «Se enojó por lo que dije».

El «se» impersonal es un indicador de impersonalidad. De acuerdo a la gramática, aparece en las oraciones unimembres, que sólo tienen predicado y presentan un verbo en tercera persona singular: «En este barrio se vende mucha droga», «Se comenta que el presidente renunciará».

Por último, podemos mencionar al «se» pasivo reflejo, que funciona como incremento verbal que indica el significado pasivo del verbo, aunque este vaya en voz activa: «Se venden tarjetas telefónicas».