Verbos: indicativo

Muchas lenguas cuentan con un modo gramatical para distinguir entre los hechos reales y los irreales. Se trata del modo indicativo, que se opone a los modos que expresan hechos hipotéticos, deseados o esperados, como el subjuntivo u otros. El modo indicativo es el modo de la objetividad y de la imparcialidad del hablante.

Cabe destacar que el modo indicativo es el más utilizado tanto en la lengua oral como en la escrita. A nivel general, se usan las formas de presente para hacer referencia a las acciones actuales, las formas de futuro para mencionar las acciones venideras y las formas de pretérito para nombrar a las acciones pasadas.

Sin embargo, esos son sólo los usos temporales rectos. Hay ocasiones en que los tiempos verbales se utilizan de una forma distinta. De esta manera, se puede usar una forma de presente para referirse a una acción pasada: «En 1986, Diego Maradona gana la Copa del Mundo con Argentina y es nombrado como el mejor jugador del mundo». En este caso, se concreta un uso temporal dislocado.

El presente de indicativo, por lo tanto, se suele emplear para hacer referencia a acciones que están sucediendo en el mismo momento en que se habla, acciones que se repiten antes y después de la locución o acciones que suceden siempre: «Juan habla con María», «La carne es el alimento preferido de los perros», «El calor llega con la primavera y se marcha recién a mediados de otoño».

El uso temporal dislocado muestra que el presente también puede utilizarse con otros valores. Así encontramos al presente histórico o con valor de pasado (actualiza acciones ya pasadas), el presente con valor de futuro (para referirse a acciones venideras: «Los empresarios se reúnen la próxima semana en la sede del gobierno») y el presente con valor de mandato (utilizado para dar órdenes: «Te sientas y te callas»).

De igual forma, el futuro y el pretérito presentan distintos modos de uso, según la situación.