Puede el tiempo curar las heridas, cicatrizar el alma, convertir en bruma los recuerdos, soltar amarras. Mas nada borrara de mi memoria aquel día que ejecutaste un arma. Un día como hoy que esta presente rogando tenga luz y paz tu alma atormentada. 03/03/00_ 03/03/18
Un ventarrón de besos me transita
desde la férrea médula del tiempo
y en el cofre carnal se resucita
el tembloroso latido del silencio
como el torrente de palabras mudas
que exhalo en el suspiro que se inyecta
alzo mi lágrima enjuagada en vida,
desde tu vida y por tu vida inquieta
quizá, quizá fuera el excéntrico poeta
que enloqueció de amor si tu no estabas
pero el amor sembró el aire y fue profeta
y en esa profecía tu me amabas
tu me amabas y yo volqué mi nada
sobre el vértigo del celo enloquecido
celo de nada y de todo lo nacido
desde Dios hasta el sol de la mañana
cada trozo de mi sombra vana
del talismán de ti venció al receso
y hoy lloro, tan solo por el beso
que no te di al nacer, mi enamorada
José Larralde
Nunca fue tan absurdo preguntar
cuánto tarda el regreso,
nunca fue tan inútil regresar
y dejarte mi beso,
que pregunta más tonta es preguntar
el momento y la hora,
qué pregunta me queda por andar
en la voz de su sombra,
que distancia buscaba al azar
por favor, qué distancia,
que rompiste mi carne en el adiós
sin gritar una lágrima,
cuánto tiempo será mi corazón
tu latido y tu rabia,
y el perfume que un sueño me dejó
con las manos calladas,
nunca fue tan absurdo preguntar
para qué tanto y nada...
Aunque digas que no...
aunque digas que no,
las hojas y los pájaros se verán en el aire,
sin prejuicios,
ni espejos que perturben sus alos.
Las rosas y los sauces crecerán, y los pastos,
navegarán las tardes, enhebrando rosarios,
de gotitas y frases.
Palabras y rocíos solitarios y amantes,
cómo el trueno y la lluvia,
y el arroyo y su cauce.
Y aunque digas que no,
yo seré tu constante,
efímero y perpetuo corazón palpitante,
lejano y apretado...
atrevido y galante,
el genio de la nada que cumple tus deseos,
y se olvida de amarte,
incoherente y exacto,
el que transforma en niña tus sentidos más amplios,
el que peca por darte el motivo y el llanto,
y te muerde las lágrimas,
arrogante y callado.
Y aunque digas que no,
más que nunca, te amo,
rebelde la ternura de mis brazos cansados,
día a día te elevo,
sin que notes cuán alto.
Lástima que no sepas porqué me duelen tanto,
las culpas de estos años,
lo antiguo de mi trato,
pero no olvides nunca,
que aunque no sepas cuánto,
y aunque digas que no,
más que nunca... te amo.
Alcánzame la copa de tu pena,
que yo quiero mirar su fondo oscuro.
No la bebas de golpe, te lo pido,
saboréala despacio, y sin apuro.
Si te embriagas de rabia o de amargura,
y te pesan los párpados de dudas,
allí mismo, en el fondo de tu pena
hallarás mi comprensión desnuda,
y en la mano caliente que te brindo
no estará la recíproca esperando,
pero sí mi corazón abierto,
junto al tuyo con ansias palpitando.
No desmayes, y alcánzame tu copa,
a esa pena le faltan muchas cosas:
la madura respuesta que da el tiempo
y la fuerza de lucha bondadosa.
Con un poco de amor serás muy fuerte,
y si ese amor suplanta lo imposible
vencerás con el tiempo toda suerte
y serás en la lucha lo invencible.
No mendigues jamás calor y abrigo,
que la lástima no llegue hasta tu puerta,
el afecto prestado es el castigo
que la vida por fácil siempre oferta.
Así ha de ser desde que el mundo es mundo,
desde que Dios te regaló existencia,
no la aproveches para ahogarte en ella
ni de la derroches buscando experiencia.
Y recuerda que con un poco de amor serás muy fuerte,
y si ese amor suplanta lo imposible,
vencerás con el tiempo toda suerte
y serás en la lucha... lo invencible.
No te atormentes por su corazón, corazón mío;
déjalo en la oscuridad. ¿Qué se yo si su belleza es sólo
de su cuerpo, y su sonrisa sólo de su cara? Déjame
aceptar sin preguntas este sencillo sentido
de sus miradas, y ser así feliz.
II
Igual me da si es un manto de ilusión el que sus brazos tejen
alrededor de mí, porque el manto es rico y raro;
y al engaño se le puede sonreír, y olvidarlo.
III
No te atormentes por su corazón, corazón mío; conténtate
si la música es verdadera, aunque no se pueda fiar en la palabra;
disfruta de la gracia que danza, como un lirio, sobre la mentirosa
superficie ondeante, y sea lo que fuere de lo que vive allá en el fondo.
IV
Deseaste mi amor, y, sin embargo, no me amabas.
Por eso mi vida se cuelga de ti como una cadena,
que te grita y se te aferra, más dura
cuanto más luchas por ser libre.
V
Mi desesperación ha llegado a ser tu compañera mortal,
y se agarra al más leve de tus favores, pretendiendo arrastrarte
hasta la caverna de las lágrimas.
Has destrozado mi libertad, y, con su ruina, te has
fabricado tu propia prisión.
Me sorprendo recordando,
tu sonrisa, la tibieza de tu abrazo
y ese último beso en la frente
que me dejaste como un rito
y toda tu ternura amanecida.
Entre tus manos mi rostro ,
en tu mirada la vida.
Eres la calle de mis pasos
el tránsito de mis pupilas.
el acaso de mis manos,
la sangre de mis heridas.
Eres
¿Como decirlo?... amor,
un poco de distancia,
un olvido, una poesía.
La soledad vagabunda,
errando en las esquinas
De la memoria,
la boca que acaricia
un instante en la piel,
media vida compartida.
Eres
¿como decirlo?... Amor
eres la vida misma
prendida a mi costado
lo que nos toque vivirla
Veinte años vivieron el uno junto al otro, veinte años de cardo de cereal y de trilla, la rueda del molino, acompasaba las horas y el invierno dormía en la hiedra amarilla.
El cuidaba de todo, con prudencia callada,
lo mismo los ganados, que la cosecha fina, ella cruzaba el patio, como rueda de espuela,
entre el pozo de agua, la mesa de harina.
En inviernos atroces, en veranos soleados,
durante veinte años, se hicieron compañía,
nunca se preguntó, si la había querido,
que son esas palabras, estaba y la tenia.
El no necesitaba noción mas detallada, que conocer su nombre, y el nombre lo sabía,
él la llamaba Carmen en la sombra y la tarde,
cuando la luz es lámpara de mecha tardía.
Veinte años vivieron el uno junto al otro, sin ver apenas médico, peón, colono, artista,
el tren pasaba lejos como un cuento de infancia,
y el no se preguntaba si en verdad la quería.
Ella murió lustrando la vajilla de plata, en el ancho silencio de la tarde vacía, el aprendió de golpe, como caen las heladas,
que el amor es amor, aunque no se lo diga.
Voy a escribir lo que no me animo a decir
de mi soledad y de mi corazón.
Resulta dificil verte a los ojos
para decirte que ahora, ya no te quiero.
No es novedad que entre ambos la magia no existe
y si estamos juntos, estamos desiertos.
Estas lineas son las que pronto vas a leer.
Pero yo no voy a volverme un paso atras,
porque hace tiempo sabemos esto.
Nos envolvimos en miedo, costumbre y recuerdos.
Al abrazar nuestros cuerpos a nadie tenemos,
te pasa lo mismo cuando haces silencio.
Abrazando ausencias...
Abrazando ausencias...
No podremos ser enemigos
ni amigos que
tienen en común la disputa
o un ideal.
No nos queda nada entre nosotros.
Hasta me animo a decirte
quizas aun me quieras...
pero no vale la pena.
La lucha se acaba
cuando simplemente,
no vale la pena.
Te quiero...
y me mueves el tiempo de mi vida sin horas.
Te quiero
en los arroyos pálidos que viajan en la noche,
y no termina nunca de conducir estrellas a la mar.
Te quiero
en aquella mañana desprendida del vuelo de los siglos
que huyó su nave blanca hasta el agua sin ondas
donde nadaban tristes, tu voz y mi canción.
Te quiero
en el dolor sin llanto que tanta noche ha recogido el sueño
en le cielo invertido en mis pupilas para mirarte cósmica,
en la voz socavada de mi ruido de siglos derrumbándose.
Te quiero
(grito de noche blanca...)
en el insomnio reflexivo
de donde ha vuelto en pájaros mi espíritu.
Te quiero...
Mi amor se escapa leve de expresiones y rutas,
y va rompiendo sombras y alcanzando tu imagen
desde el punto inocente donde soy yerba y trino.
Puede el tiempo curar las heridas, cicatrizar el alma, convertir en bruma los recuerdos, soltar amarras. Mas nada borrara de mi memoria aquel día que ejecutaste un arma. Un día como hoy que esta presente rogando tenga luz y paz tu alma atormentada. 03/03/00_ 03/03/18
DESDE TU VIDA
José Larralde
Un ventarrón de besos me transita
desde la férrea médula del tiempo
y en el cofre carnal se resucita
el tembloroso latido del silencio
como el torrente de palabras mudas
que exhalo en el suspiro que se inyecta
alzo mi lágrima enjuagada en vida,
desde tu vida y por tu vida inquieta
quizá, quizá fuera el excéntrico poeta
que enloqueció de amor si tu no estabas
pero el amor sembró el aire y fue profeta
y en esa profecía tu me amabas
tu me amabas y yo volqué mi nada
sobre el vértigo del celo enloquecido
celo de nada y de todo lo nacido
desde Dios hasta el sol de la mañana
cada trozo de mi sombra vana
del talismán de ti venció al receso
y hoy lloro, tan solo por el beso
que no te di al nacer, mi enamorada
CON LAS MANOS CALLADAS
José Larralde
Nunca fue tan absurdo preguntar
cuánto tarda el regreso,
nunca fue tan inútil regresar
y dejarte mi beso,
que pregunta más tonta es preguntar
el momento y la hora,
qué pregunta me queda por andar
en la voz de su sombra,
que distancia buscaba al azar
por favor, qué distancia,
que rompiste mi carne en el adiós
sin gritar una lágrima,
cuánto tiempo será mi corazón
tu latido y tu rabia,
y el perfume que un sueño me dejó
con las manos calladas,
nunca fue tan absurdo preguntar
para qué tanto y nada...
AUNQUE DIGAS QUE NO. José Larralde
Aunque digas que no...
aunque digas que no,
las hojas y los pájaros se verán en el aire,
sin prejuicios,
ni espejos que perturben sus alos.
Las rosas y los sauces crecerán, y los pastos,
navegarán las tardes, enhebrando rosarios,
de gotitas y frases.
Palabras y rocíos solitarios y amantes,
cómo el trueno y la lluvia,
y el arroyo y su cauce.
Y aunque digas que no,
yo seré tu constante,
efímero y perpetuo corazón palpitante,
lejano y apretado...
atrevido y galante,
el genio de la nada que cumple tus deseos,
y se olvida de amarte,
incoherente y exacto,
el que transforma en niña tus sentidos más amplios,
el que peca por darte el motivo y el llanto,
y te muerde las lágrimas,
arrogante y callado.
Y aunque digas que no,
más que nunca, te amo,
rebelde la ternura de mis brazos cansados,
día a día te elevo,
sin que notes cuán alto.
Lástima que no sepas porqué me duelen tanto,
las culpas de estos años,
lo antiguo de mi trato,
pero no olvides nunca,
que aunque no sepas cuánto,
y aunque digas que no,
más que nunca... te amo.
AMIGO. JOSÉ LLARRALDE
Alcánzame la copa de tu pena,
que yo quiero mirar su fondo oscuro.
No la bebas de golpe, te lo pido,
saboréala despacio, y sin apuro.
Si te embriagas de rabia o de amargura,
y te pesan los párpados de dudas,
allí mismo, en el fondo de tu pena
hallarás mi comprensión desnuda,
y en la mano caliente que te brindo
no estará la recíproca esperando,
pero sí mi corazón abierto,
junto al tuyo con ansias palpitando.
No desmayes, y alcánzame tu copa,
a esa pena le faltan muchas cosas:
la madura respuesta que da el tiempo
y la fuerza de lucha bondadosa.
Con un poco de amor serás muy fuerte,
y si ese amor suplanta lo imposible
vencerás con el tiempo toda suerte
y serás en la lucha lo invencible.
No mendigues jamás calor y abrigo,
que la lástima no llegue hasta tu puerta,
el afecto prestado es el castigo
que la vida por fácil siempre oferta.
Así ha de ser desde que el mundo es mundo,
desde que Dios te regaló existencia,
no la aproveches para ahogarte en ella
ni de la derroches buscando experiencia.
Y recuerda que con un poco de amor serás muy fuerte,
y si ese amor suplanta lo imposible,
vencerás con el tiempo toda suerte
y serás en la lucha... lo invencible.
Gitanjali ( Fragmentos) Rabindranath Tagore
No te atormentes por su corazón, corazón mío;
déjalo en la oscuridad. ¿Qué se yo si su belleza es sólo
de su cuerpo, y su sonrisa sólo de su cara? Déjame
aceptar sin preguntas este sencillo sentido
de sus miradas, y ser así feliz.
II
Igual me da si es un manto de ilusión el que sus brazos tejen
alrededor de mí, porque el manto es rico y raro;
y al engaño se le puede sonreír, y olvidarlo.
III
No te atormentes por su corazón, corazón mío; conténtate
si la música es verdadera, aunque no se pueda fiar en la palabra;
disfruta de la gracia que danza, como un lirio, sobre la mentirosa
superficie ondeante, y sea lo que fuere de lo que vive allá en el fondo.
IV
Deseaste mi amor, y, sin embargo, no me amabas.
Por eso mi vida se cuelga de ti como una cadena,
que te grita y se te aferra, más dura
cuanto más luchas por ser libre.
V
Mi desesperación ha llegado a ser tu compañera mortal,
y se agarra al más leve de tus favores, pretendiendo arrastrarte
hasta la caverna de las lágrimas.
Has destrozado mi libertad, y, con su ruina, te has
fabricado tu propia prisión.
Me sorprendo recordando,
tu sonrisa, la tibieza de tu abrazo
y ese último beso en la frente
que me dejaste como un rito
y toda tu ternura amanecida.
Entre tus manos mi rostro ,
en tu mirada la vida.
Eres la calle de mis pasos
el tránsito de mis pupilas.
el acaso de mis manos,
la sangre de mis heridas.
Eres
¿Como decirlo?... amor,
un poco de distancia,
un olvido, una poesía.
La soledad vagabunda,
errando en las esquinas
De la memoria,
la boca que acaricia
un instante en la piel,
media vida compartida.
Eres
¿como decirlo?... Amor
eres la vida misma
prendida a mi costado
lo que nos toque vivirla
QUE SON ESAS PALABRAS. JCB
Veinte años vivieron el uno junto al otro, veinte años de cardo de cereal y de trilla, la rueda del molino, acompasaba las horas y el invierno dormía en la hiedra amarilla.
El cuidaba de todo, con prudencia callada,
lo mismo los ganados, que la cosecha fina, ella cruzaba el patio, como rueda de espuela,
entre el pozo de agua, la mesa de harina.
En inviernos atroces, en veranos soleados,
durante veinte años, se hicieron compañía,
nunca se preguntó, si la había querido,
que son esas palabras, estaba y la tenia.
El no necesitaba noción mas detallada, que conocer su nombre, y el nombre lo sabía,
él la llamaba Carmen en la sombra y la tarde,
cuando la luz es lámpara de mecha tardía.
Veinte años vivieron el uno junto al otro, sin ver apenas médico, peón, colono, artista,
el tren pasaba lejos como un cuento de infancia,
y el no se preguntaba si en verdad la quería.
Ella murió lustrando la vajilla de plata, en el ancho silencio de la tarde vacía, el aprendió de golpe, como caen las heladas,
que el amor es amor, aunque no se lo diga.
**Tengo miedo de estos largos y vacíos días, y de estas horas pobladas con tu ausencia**
Voy a escribir lo que no me animo a decir
de mi soledad y de mi corazón.
Resulta dificil verte a los ojos
para decirte que ahora, ya no te quiero.
No es novedad que entre ambos la magia no existe
y si estamos juntos, estamos desiertos.
Estas lineas son las que pronto vas a leer.
Pero yo no voy a volverme un paso atras,
porque hace tiempo sabemos esto.
Nos envolvimos en miedo, costumbre y recuerdos.
Al abrazar nuestros cuerpos a nadie tenemos,
te pasa lo mismo cuando haces silencio.
Abrazando ausencias...
Abrazando ausencias...
No podremos ser enemigos
ni amigos que
tienen en común la disputa
o un ideal.
No nos queda nada entre nosotros.
Hasta me animo a decirte
quizas aun me quieras...
pero no vale la pena.
La lucha se acaba
cuando simplemente,
no vale la pena.
Abrazando ausencias...
Abrazando ausencias...
Te quiero...
y me mueves el tiempo de mi vida sin horas.
Te quiero
en los arroyos pálidos que viajan en la noche,
y no termina nunca de conducir estrellas a la mar.
Te quiero
en aquella mañana desprendida del vuelo de los siglos
que huyó su nave blanca hasta el agua sin ondas
donde nadaban tristes, tu voz y mi canción.
Te quiero
en el dolor sin llanto que tanta noche ha recogido el sueño
en le cielo invertido en mis pupilas para mirarte cósmica,
en la voz socavada de mi ruido de siglos derrumbándose.
Te quiero
(grito de noche blanca...)
en el insomnio reflexivo
de donde ha vuelto en pájaros mi espíritu.
Te quiero...
Mi amor se escapa leve de expresiones y rutas,
y va rompiendo sombras y alcanzando tu imagen
desde el punto inocente donde soy yerba y trino.
Te quiero - Julia de Burgos
Marellia... según mis cálculos hoy cumples años... Muchas felicidades y que te partan el bizcocho.
Dices muy bien , ayer cumplí años, gracias por recordarlo mi querido.
Besos
hola un saludo
solo decirte que abierto
un bloc de poemas
elrincondejace.blogspot.com
He llegado a tu rinconcito de versos, por aceptar mi amistad.
Fernando de Lira.
Mi querida amiga y admirada poeta, se me olvidó que eras Liliana Rochi.
Voy a publicar pues aquí también, tu hermoso poema Lili.
Besos.
http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-318737
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