Torné a ver la vieja ermita,
se halla todo en su lugar:
la lámpara moribunda,
la flor mustia en el altar.
Doquier quedan las señales
de la dulce, antigua fe:
allí está la Dolorosa,
allí el Cristo que adoré.
¡Cuántas veces, siendo niño,
el santuario a media luz,
me llevó mi tierna madre
a besar juntos la cruz!
¡Tiempos idos! Pero aún guardo
su memoria, y la impresión
de recuerdos inocentes
me penetra el corazón.
Hoy después de largo viaje,
tras de recia tempestad,
en el sagrado recinto
calma busco y soledad...
¿Quién me llama? ¡Oh voz sentida
que hace el pecho conmover
con rumores de plegaria,
con ternuras de mujer!
«Ven, me dice, al infortunio
da un himno. Lo pide así
la caridad, luz del cielo...»
El laúd a pulsar fui.
¡Ay, el rítmico instrumento
para siempre enmudeció!
Al querer forzar las cuerdas
en mis manos se rompió.
Pues haré de blancas rosas,
pensara, el don fraternal.
Cayó la helada en mi huerto,
agostado hallé el rosal.
De un melancólico sauce
colgué entonces el laúd;
y volví a la vieja ermita
y lloré mi juventud.
Volver a Carlos Guido y Spano
Bonito poema nos lleva a ver dentro del alma la naturaleza, nos inspira la gran bondad que existe en nuestra alma.
me gustó el poema tiene muy lindas imágenes (bien logradas)
Trasmite el sentimiento de un 'pasado'
Excelente, una forma de llorar la juventud.
EXCELENTE...RECUERDOS DE SU INFANCIA,PERO A SU VEZ DESCRIBE UN LUGAR QUE NUNCA CAMBIO ...ES ASOMBROSO COMO JUEGA CON LAS PALABRAS PARA DESCRIBIR SENTIMIENTOS .EN FIN ES FABULOSO,ES ARTE........................
Hermoso poema evoca con cierta nostalgia la infancia y juventud como algo que aún está dentro de ti....
es un hermoso poema se los recomiendo atodos que se inscriban
mis mas grandes respetos para usted
me gustan muchos todos sus poemas
y todos los leo señor me gustaria ser como
usted
gracias
Hay al final del sendero una olvidada ermita
una fuente y unos árboles acojedores
donde cantan solitarios los ruiseñores
que merecen por si solos una visita
La Soledad nunca estará sola
aunque antes hubiera más fiestas
y no hubiera romerias como estas
donde para llevarla se hicieran cola
Pero es vital para la salud del alma
regresar a este tranquilo paraje
y rezar en silencio un avemaria
Para encontrar aquí la calma
he hecho este largo viaje
donde mi juventud evocaría.
Dulce nostalgia de lo que fue el ayer. Profundamente humano
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