Juncos del lago Titicaca,
juncos del antiguo Nilo.
Barcos en el desierto
herrados por el óxido.
Mares de arena.
Trigo, espigas, cebada:
aramos con las anclas.
Cómo quisiera no imaginar
a aquél que desconozco.
Cada uno debajo de su duna
y el sagrado simún sellando todo.
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