Este ir de la vida a la escritura
y volver de la letra a tanta vida,
ha sido larga, redoblada herida
que se ha tragado el tiempo en su abertura.
Abierto como res por la lectura,
le entregué las entrañas, y la vida,
queriendo rehacerlas, conmovida,
en ellas imprimió su quemadura.
Doble traición, porque la una resta
lo que la otra necesita entero:
el ser de carne y sueño, la respuesta
que deje al fin saciado al heredero
de tanta boda rota y tanta fiesta
partida por cuchillo doble y fiero.
Volver a Cintio Vitier