Cambios pequeños y tenaces.
Bajo el cielo ya un grado
de luminosidad o de tibieza.
Ha caído más polvo sobre el piso o la silla.
Pequeñísima arruga se dibuja o se ahonda.
Hay un nuevo matiz en el sonido
de la voz familiar (¿Lo notarías?)
En un coro confuso de entreveradas voces
faltan algunas, otras
aparecen.
La misma
suma total: no hay cambios.
Millonésima ola golpea
millonésima roca
y el degaste
imperceptíble y cierto
avanza.
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