No fue la lluvia de un día no previsto
ni tu sonrisa en el cuento de un hada
Este día fue algo más noble que mil cuentos.
Tú caminabas por los pasos de mis horas,
te construiste de un suspiro
y miraste con sorpresas tus designios.
No invoque al ave de paso,
ni me hiciste recordar esos inviernos,
crueles
sedientos
sin remedio muertos.
Por eso no habían colores en las calles,
pues estaban todos en mi alma
Y tú
tan culpable
solo reías,
sin que nada ahogara tus virtudes.
Y los dioses se intoxicaban de envidia
y las musas maldijeron tu belleza...
ahora
narran la historia de aquel día,
solo les faltó el final,
nadie lo cuenta,
no hay finales para el paso de un poeta.
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