Sin pie mi cuerpo sigue amando lo mismo
y mi alma se sale del lugar que ya no ocupo,
fuera de mí:
no, no hay aquí símbolos,
el cuerpo se acomoda a la pasión,
y la pasión al cuerpo que pierde sus fragmentos
y continúa íntegro, sin misterios incólume.
Contra la muerte tengo la mirada y la risa,
soy dueño del abrazo de mi amigo
y del latido sordo de un corazón ansioso.
Contra la muerte tengo el dolor en el pie que no tengo,
un dolor tan real como la muerte misma
y unas ganas enormes de caricias, de besos,
de saber el nombre propio de un árbol que me obsede,
de aspirar un perdido perfume que persigo,
de oír ciertas canciones que recuerdo a fragmentos,
de acariciar mi perro,
de que timbre el teléfono a las seis de la mañana,
de seguir este juego.
Volver a Darío Jaramillo Agudelo
Me llamo la atención el que no reciba comentarios por sus letras
Donde percibo. Un hombre fuerte.
Seguro de seguir adelante. Sin importar las dificultades que se han
Presentado.
Lo felicito. Y lo valoro mucho por
Su fortaleza y por su talento.
Saludos.
Sierdi.
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