Yo sé que hay quienes dicen: ¿por qué no canta ahora
con aquella locura armoniosa de antaño?
Ésos no ven la obra profunda de la hora,
la labor del minuto y el prodigio del año.
Yo, pobre árbol, produje, al amor de la brisa,
cuando empecé a crecer, un vago y dulce son.
Pasó ya el tiempo de la juvenil sonrisa:
¡dejad al huracán mover mi corazón!
Volver a Rubén Darío
me paresio interesante ya q nos da a entender como fue el otono
ME GUSTO POR QUE COMO HABLO DEL OTOÑO
no le entendí
creo q ay q saber apresiar el verdadero significado de estas lindas palabras q nos enseyan un padazo de alma de este autor
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