Como duerme la chispa en el guijarro
y la estatua en el barro,
en ti duerme la divinidad.
Tan sólo en un dolor constante y fuerte
al choque, brota de la piedra inerte
el relámpago de la deidad.
No te quejes, por tanto, del destino,
pues lo que en tu interior hay de divino
sólo surge merced a él.
Soporta, si es posible, sonriendo,
la vida que el artista va esculpiendo,
el duro choque del cincel.
¿Qué importan para ti las horas malas,
si cada hora en tus nacientes alas
pone una pluma bella más?
Ya verás al cóndor en plena altura,
ya verás concluida la escultura,
ya verás, alma, ya verás...
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ta chido
La divinidad muchoa autores consideran que está dentro de nosotros mismos y que la experiencias personales la hacen brotar, puede ser cierto puede no serlo cada cual con su ideología, pero es cierto que las malas experiencias en muchas ocasiones sacan lo mejos de nosotros mismos.
bonito poema
me parece muy bonito y expressivo
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