Palomas de repente en mis mejillas.
Un sacudir de alas si regresas,
amante, a mi presencia y me perdonas
y arrancas de mi amor la sola queja.
Me juras por tus muertos, yo te juro
por Dios que a los demonios atormenta.
Y en brasas se convierten las palabras.
En pájaros sangrientos que pelean
por las migajas de las hostias últimas.
Ámame hombre en esta noche negra.
Mi historia es ésta: un lecho solitario,
un despertarme atada siempre a hiedras
y una almohada llena de tu rostro.
Mi vida toda es sólo sueño, niebla.
Mas llegas y mi voz ya no es cautiva.
Y aquella que te amó, se me asemeja.
Volver a Delfina Acosta
Me encantan los poemas de Delfina Acosta, me gustarìa conocer màs libros de ella. tiene un lenguaje inigualble... hasta me parece que tienen sonidos sus plabras en sus poemas...
uh estas super bkn la pagina
esta de 11 esta pag..
jua!
me voii bezoz!
:)
ME GUSTA MUCHO EL POEMA
felicito a la autora :)
espoco comun ver poemas de una mujer en especial tan buenos como este ...............
saludos
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