Para la jarcia de su piel de arena,
con zodiacal guitarra, entre los mares,
sin alcanzar a Ulises sus cantares,
llamarán por tres veces las sirenas.
Sobre la loza de una luna llena
beberá el cisne menta de pomares
y con rocío astral de aves lunares
mojarán los tritones su melena.
No orillará el marino los linderos
con que el geógrafo oceánico al viajero
encierra dentro de su huerto de ola;
Ni pastará con peces la legumbre
que con climas florales no le alumbre
el acuario del ángel-banderola.
Volver a Eduardo Anguita