Poemas de Eduardo Zambrano
- Chinese
- Colegas
- De paso
- Duelo
- Entiendo
- Esperar
- Hierba
- La casa
- Muladar
- Nadie
- Plegaria
- Presa fácil
- Retrato de familia
- Sectas
- Ser y estar
- Testigo
- Valle de Oaxaca
- Vandalismo literario
- Viceversa
Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Eduardo Zambrano:
Entiendo
Entiendo que este día
nadie va a llamar.
Ni los más caros deseos,
ni esas fantasías que me han acompañado
todo este tiempo.
Sencillamente estaré solo
y está bien.
Entiendo que ya no tendrá sentido fingir.
Plegaria
Sin más temores ni remordimiento
elevo esta plegaria al Desalmado.
Él, solo, que solo es alma, me ha dado
la hermosa ironía del sufrimiento
de querer despertar y no despierto
a olvidar lo que el destino ha olvidado.
Si el fruto que me ha sido arrebatado
es castigo: no hay arrepentimiento.
A Ti, Padre, te regreso el perdón
que no me hace falta, porque confío
en tener tu mano cuando el abismo
sea el último reclamo a mi rendición.
No hay en esta oración un desafío:
si lo sé, lo sabes, somos el mismo.
Duelo
Lo frío del metal
como una extraña fiebre
alimentada por la ofensa.
Su peso de venganza
lo acomodé en mis manos
y a la vieja usanza
di siete pasos antes de voltear.
No había nadie, ni señas del patán
que arruinó mi vida;
por eso disparé contra mi pecho,
a sabiendas que sobreviviría.
Nadie
Pensar que muchos buscan una piedra
o la raíz
dónde aferrarse para luego seguir nadando contracorriente.
¿Buscar los orígenes hasta quedar en una orilla?
¿Dar sombra a la serpiente y casa al gusano?
Ser nadie
y aún, como la hoja seca,
servir de embarcación a los instintos.
Recostado en el huidizo caudal
observo las nubes.
Acaso sea yo
el que toma caprichosas formas bajo ellas.
De paso
La genética del alma:
el destino.
Al más puro sentido clásico
regreso.
Me lleva el viento
y en esa circunstancia
se revuelcan también mis sentidos.
Hoy alcanzo a balbucear razones.
Pero más allá de las razones estoy
yo,
hoja del árbol de la vida
que ven pasar los perros y los puercos,
mis contemporáneos y mis enemigos.
Estoy de paso.
Incluso para mis propias ambiciones.
Testigo
Al menos aquí
en medio del desamparo
tuve un testigo:
me tuve a mí mismo
sin ser la marioneta colgada de una historia,
ni la parafernalia literaria entre concursos
y limosnas.