¿Adónde fuiste, Amor; adónde fuiste?
Se extinguió del poniente el manso fuego,
y tú que me decías: «hasta luego,
volveré por la noche»... ¡no volviste!
¿En qué zarzas tu pie divino heriste?
¿Qué muro cruel te ensordeció a mi ruego?
¿Qué nieve supo congelar tu apego
y a tu memoria hurtar mi imagen triste?
...Amor, ¡ya no vendrás! En vano, ansioso,
de mi balcón atalayando vivo
el campo verde y el confín brumoso;
y me finge un celaje fugitivo
nave de luz en que, al final reposo,
va tu dulce fantasma pensativo.
Volver a Amado Nervo
es algo angustiante este poema, pero muy sertero asi sucede cuando esperas con ansias a la otra persona. y mas cuando esperas todo el dia, para verla aunque sea un rato. te encelas de todo lo que pasa en ese dia , porque no esta contigo.
muyy bieeeennnn
esta bien pedre
Debes estar registrado para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.