Como escuchase un llanto, me paré en el repecho
y me acerqué a la puerta del rancho del camino.
Un niño de ojos dulces me miró desde el lecho.
¡Y una ternura inmensa me embriagó como un vino!
La madre se tardó, curvada en el barbecho;
el niño, al despertar, buscó el pezón de la rosa
y rompió en llanto... Yo lo estreché contra el pecho,
y una canción de cuna me subió, temblorosa...
Por la ventana abierta la luna nos miraba.
El niño ya dormía, y la canción bañaba,
como otro resplandor, mi pecho enriquecido...
Y cuando la mujer, trémula, abrió la puerta,
me vería en el rostro tanta ventura cierta
¡que me dejó el infante en los brazos dormido!
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sta req'tlindo el poema muy bkn.
es un poema muy ermoso
lindo el poemyta!! bkn
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esta muy lindo y ademas me pparece muy tierno y rekete chevere
la verdad Gabriela Mistral siempre me a parecido una poeta muy espectacular, me gusta mucho su estilo y esta vez no fue la ecepciòn
estos poemas son muy lindos
y de mucha emocion, de muxo
estilo.
la verdad q no me gustan los poemas de grabriela creo que disfruto mucho masm los de Nicanor Parra, Pablo Neruda....
los encuentro demasiado tragicos y no de mi estilo
Dios los Bendiga
Fran!
Mistral escribe de lo que vivió, la muerte de un hijo siendo tan tierno seguramente deja terribles huellas... toda su obra está grabada en las ruinas de esta terrible experiencia... Una gran poetisa, de las mejores de latinoamérica.
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