Hace siglos vine de la infancia
encontré dragones
y vasijas llenas de rostros ausentes
En las ascuas de mi memoria
las montañas rugen
El viento golpea
Nada nos recuerda
Sonámbulos caminamos
y el dolor no nos duele
Todos siguen la voz
de mi abuelo
mientras bailan
un tango de polvo
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