Ni tú ni yo estamos
en disposición
de encontrarnos.
Tú... por lo que ya sabes.
¡Yo la he querido tanto!
Sigue esa veredita.
En las manos
tengo los agujeros
de los clavos.
¿No ves cómo me estoy
desangrando?
No mires nunca atrás,
vete despacio
y reza como yo
a San Cayetano,
que ni tú ni yo estamos
en disposición
de encontrarnos.
Volver a Federico García Lorca
genioooooooooo
esta genial felicidades lo pensaste muy bien guuuuuaaaaaaaaauuuuu
oooooooorale! esta increible que chevere
muy realista y bueno bastante bueno
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