El verde almendro en flor de tu mirada
en flor de gozo y luz cambia la muerta
balada de la dicha recubierta
por nuestra mejor sangre fracasada.
Ganándose en su paz desentrañada,
contenta paz suprema, orilla cierta,
descubre el corazón su descubierta
fragancia por la pena marchitada.
Me das amor, las cifras encendidas
que cuentan con las rosas del camino
naciente de una ley toda ella aurora.
Me das mi corazón, y en tus crecidas
llamadas cotidianas, el destino
secreto de la fuente creadora.
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