Vara alta de plátano falso,
octava maravilla salida de madre
cuando la tarde victoria sobre la muerte,
dibujado compás de dos por cuatro
que enreda la madeja
de astutos campeadores y pérfidos rampantes,
hilo sutil que acuña
colores minuendos a la luz de julio,
no te olvide la inevitable virazón para que puedas
-flébil jamás-
otorgarme la dicha de mirar el tiempo.
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