Poemas de Ernestina de Champourcin
- Al final de la tarde
- Amor de cada instante...
- Carta al vacío
- Cuando llegue la noche
- Estás
- La voz del viento
- Primavera
- Seré tuya sin ti el día que los sueños...
- Tres palabras...
- Tú no sabes aún
- Voy a arraigar en tí...
Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Ernestina de Champourcin:
Tres palabras...
Tres palabras -tres clavos
sujetándose el cuerpo;
tres alas en mi alma
sosteniéndome el vuelo.
El día se hizo luz
cuando rompí el silencio.
Después... Tú ya lo sabes.
Resucité hacia dentro.
Fui distinta y la misma.
Me despojé en secreto
y me quedé sin mí
por llenarme de cieno.
Tres palabras; tres clavos
para aquietar mi cuerpo
y despertar mi alma.
Tres flechas en lo eterno.
Tres dones de Tu Amor...
Tres rosas en mi cieno...
Al final de la tarde
Al final de la tarde
dime tú ¿qué nos queda?
El zumo del recuerdo
y la sonrisa nueva
de algo que no fue
y hoy se nos entrega.
Al final de la tarde
las rosas siguen lentas
abriéndose y cerrándose
sin caer aún en tierra.
Al final de la tarde
no vale lo que queda
sino el impulso mágico
de la verdad completa.La voz del viento
Búscame en ti. La flecha de mi vida
ha clavado sus rumbos en tu pecho
y esquivo entre tus brazos el acecho
de las cien rutas que mi paso olvida.
Despójame del ansia desmedida
que abrasaba mi espíritu en barbecho.
El roce de tus manos ha deshecho
la audacia de mi frente envanecida.
Navegaré en tus pulsos. Dicha inerte
del silencio total. Ávida muerte
donde renacen, tuyos, mis sentidos.
Ahoga entre tus labios mi tristeza,
y esta inquietud punzante que ya empieza
a taladrar mi sien con sus latidos.Amor de cada instante...
Amor de cada instante...
duro amor sin delicias: cadena, cruz, cilicio,
gloria ausente, esperada,
gozo y tortura a un tiempo;
realidad de los siglos, gracias por ser y estar
en el nunca y el siempre.
Pues mi ejercicio, ahora, es amarte en la ausencia
y aferrarme a esta nada porque también es tuya
y beber ese polvo de soledad y vacío
que es Tu don del momento y Tu clara promesa.
Y por eso me obstino contra lo más cercano,
huyendo de lo fácil -metal a flor de agua-,
y si acepto por Ti lo que todos entienden,
por Ti también me acojo a lo que nadie sabe.
Y así voy caminando por este desconcierto
oscuro y luminoso, por este amor amargo,
veteado de gloria...Cuando llegue la noche
Cuando venga la noche
quiero habértelo dicho;
quiero haberlo gritado
a través de la tierra.
Hay cosas que no pueden
callarse para siempre
y júbilos secretos
que deshacen un día
los más íntimos nudos.
Cuando venga la noche
quiero haberlo cantado
para que todos sepan
y todos me pregunten.
Silencio prodigioso
que ahora me florece
como un huerto escondido
en lo claro del alma.
Cuando venga la noche
me encontrará dispuesta,
pues lo habré dado todo.
¡Qué dulzura entregarse
en total holocausto,
a sabiendas del grito
que nos roba la herida!
Cuando llegue la noche
donde todo renace,
diré: 'Vengo, Señor',
diré... no diré nada...
pues hará mucho tiempo
que se agotó mi canto
y hará siglos, tal vez,
que sellaste mi boca.
Pero antes de esa noche
déjame que les diga...
Déjame dar a otros
la gloria que me abriste.
Es tan hondo el Amor
y hay tantos que lo aguardan.
Cuando llegue la noche,
quiero haberlo cantado.
Carta al vacío
Es escribir a alguien
o lanzarse al silencio,
a nadar en lo oscuro,
a encender una llama
aunque ahoguen las dudas.
¿Carta a lo que no existe?
Hay buzones alados
que se disparan solos
y un correo sin pistas
ni trayecto seguro.
Eludir el camino
que todos conocemos.
Seguir hacia adelante
ruta de los que intentan
lo que nunca pensaron
y se sienten felices
porque hay algo distinto,
porque se desvanece
de pronto lo que sobra
y no existe el vacío
si queremos colmarlo.