Un día y otro día y otro día.
No verte.
Poderte ver, saber que andas tan cerca,
que es probable el milagro de la suerte.
No verte.
Y el corazón y el cálculo y la brújula,
fracasando los tres. No hay quien te acierte.
No verte.
Miércoles, jueves, viernes, no encontrarte,
no respirar, no ser, no merecerte.
No verte.
Desesperadamente amar, amarte
y volver a nacer para quererte.
No verte.
Sí, nacer cada día. Todo es nuevo.
Nueva eres tú, mi vida, tú, mi muerte.
No verte.
Andar a tientas (y era mediodía)
con temor infinito de romperte.
No verte.
Oír tu voz, oler tu aroma, sueños,
ay, espejismos que el desierto invierte.
No verte.
Pensar que tú me huyes, me deseas,
querrías encontrarte en mí, perderte.
No verte.
Dos barcos en la mar, ciegas las velas.
¿Se besarán mañana sus estelas?
Volver a Gerardo Diego
Si cada vez que pensara en ti, una estrella se apagara, no habría en el cielo una estrella que brillara? Para qué mirar la luna si no la puedo tocar. Para qué mirar tus labios si no los puedo besar ¿De qué color es un sentimiento?
La respuesta esta en el silencio
en contemplarte y mirarte
en saber que existes
en poder pensarte
en anochecer soñándote
un sentimiento es amor
pero sin color
sólo el color que tiene el sentirte
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