REVELACIÓN

Gerardo Diego

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A Blas Taracena

Era en Numancia, al tiempo que declina
la tarde del agosto augusto y lento,
Numancia del silencio y de la ruina,
alma de libertad, trono del viento.

La luz se hacía por momentos mina
de transparencia y desvanecimiento,
diafanidad de ausencia vespertina,
esperanza, esperanza del portento.

Súbito, ¿dónde?, un pájaro sin lira,
sin rama, sin atril, canta, delira,
flota en la cima de su fiebre aguda.

Vivo latir de Dios nos goteaba,
risa y charla de Dios, libre y desnuda.
Y el pájaro, sabiéndolo, cantaba.

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Comentarios2
  •  
    Phoeta Anhonimo Ah, murallas, sin el sonido sutil de la soga de la muerte.
  •  
    Raul Gonzaga El encuentro con nuestro interior, la revelación, es un momento de Gloria, un luminoso rayo que se desvanece en la oscuridad: cuando la amada está dispuesta llega el amado y se revive el reencuentro del Cantar de los Cantares; debemos darnos esas pausas valiosas de la vida diaria, procurar ese climático momento en que todo se aclara y se descubren las opciones...
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