Sólo un gesto audaz
bastó para revelarme
el significado de todo cuanto allí existía.
Supe entonces,
que una flor bien podía ser todo el jardín.
Que la palabra, todas las palabras.
Que una mirada, todos los ojos.
El universo, una masa oscura.
Me brotaron Arrau y Huidobro,
Me nació Gabriela y Alfonsina,
Me invadió Dalí, Van Gogh
Y toda la belleza.
Casi sin aliento pronuncié tu nombre,
Y su grato timbre desnudó el silencio.
Ahora,
Cuando la distancia invade los valores,
Sólo rescato la sospecha de haber vivido tanto,
La lejana presencia de otras horas,
Algún resto de pasión,
Quizás algún encanto.
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