Pajarito corpulento,
Préstame tu medecina
Para curarme una espina
Que tengo en el pensamiento,
Que es traidora y me lastima.
Es de muerte la aparencia
Al dicir del hado esquivo;
Pero está enterrado vivo
Quien sufre males de ausencia.
¿cómo hacerle resistencia
a la juerza del tormento?
Voy a remontarme al viento
Para que tú con decoro
Digas a mi bien que lloro,
Pajarito corpulento.
Dile que voy tentalenando
En lo oscuro de mi vida,
Porque es como luz perdida
El bien por que estoy penando.
Di que me estoy redibando
Por su hermosura devina,
Y, si la mirares fina,
Pon mi ruego de por medio,
Y dí: «Tú eres su remedio;
Préstame tu medecina.»
El presil tiene sus flores
Y el manantial sus frescuras,
Y yo todas mis venturas y sus alegres amores
Hoy me punzan los dolores
Con terquedá tan indiana,
Que no puedo estar ansina.
Aigre, tierra, mar y cielo,
¿quién quire darme un consuelo
para curarme una espina?
Es la deidad que yo adoro,
Es mi calandria amorosa,
Mi lluvia de hojas de rosa
Y mi campanita de oro.
Hoy su perdido tesoro
Me tiene como en el viento,
Sin abrigo, sin asiento:
Su recuerdo de ternura
Es como una sepultura
Que tengo en el pensamiento.
Es mirar la que era fuente
Hoyo espantable y vacío;
Es ver cómo mató el frío
La mata airosa y potente;
Es un sentir redepente
A la muerte que se arrima,
Es que tiene mi alma encima
Una fantasma hechicera
Que me sigue adonde quiera,
Que es traidora y me lastima.
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